
Este viernes se cumplen 100 aí±os de la primera proyección de Nosferatu, la adaptación libre del cine alemán de Drácula.
Por: Grupo Zócalo Ciudad de México.- Hoy cumple 100 aí±os Nosferatu de Friedrich Wilhelm Murnau, considerada la primera película de horror y que, además de ayudar a moldear el género cinematográfico inició la leyenda del mítico vampiro, además de llevar más allá de las fronteras al expresionismo alemán.
En realidad, mucho se puede decir, y se ha dicho, sobre el largometraje de hora y media proyectado por primera vez el 4 de marzo de 1922 en Berlín, Alemania, y que entre varias curiosidades técnicas destaca el hecho de haber representado una muerte por primera vez en el cine, al mostrar cómo la luz del sol esfuma al Conde Orlok, luego de que Ellen Hutter se sacrificó por su esposo Thomas Hutter.
Y si bien la imagen del Conde Drácula, en su más fiel expresión a la obra de Bram Stoker, en la que está basada Nosferatu, aunque con algunos cambios tras no haber conseguido los derechos para su adaptación, llegó más adelante, con Bela Lugosi, la interpretación de Max Schrek representa a ese vampiro solitario, animal y maldito que no puede encontrar la muerte y no tiene más remedio que seguir âviviendoâ.
Que a pesar de que ha pasado un siglo desde su creación, que el cine ya no es mudo ni en blanco y negro y que las películas ya tampoco son presentadas con musicalización en vivo, la historia entre líneas de una de las mayores obras del expresionismo alemán, con El gabinete del doctor Caligari, o Metrópolis, sigue tan vigente como entonces, pues tanto la xenofobia, la migración, la pandemia y la guerra siguen cohabitando con la humanidad, y mostrándonos sus horrores.
https://youtu.be/GvsQdsUS5JU
Y es ahí donde radica una de las características más importantes del filme, en cómo ni la realidad ni el cine han podido superarla, pues a pesar de los miles de interpretaciones de la obra de Stoker, aún no hay otro Conde Orlok como el de Shreck, aunque la producción de la serie de Drácula entre Netflix y la BBC retoman algunos aspectos de ese conde animal y sanguinario, mezclándolos con el âcaballeroâ. Porque la obra de Werner Herzog (1979) es otro tema, pues más que buscar ser una nueva versión de Nosferatu actualizó el clásico para hacerlo âvivirâ en una actualidad que tampoco fue muy diferente a su época.
De actualizaciones y manitas de gato
Que, ya entrados en el tema de la versión de Herzog, no se puede negar que uno de los aspectos que más destaca es la banda sonora, a cargo del grupo alemán Popol Vuh, que buscó darle un nuevo aire al sonido original con órgano, tan característico del cine mudo.
Mientras que aquí entra âal quiteâ la musicalización que el trío mexicano de synth-pop Tripnotik le hizo el 31 de octubre pasado en vivo durante una proyección en el Foro Cultural Hilvana, donde contaron además con la colaboración Trevor Gavilán.
Y es que en este caso tan específico, con esa mezcla entre las versiones de Murnau y de Herzog que trajo al siglo XXI la âsinfonía del horrorâ de aquel conde alto, delgado, calvo y de dientes, uí±as y cejas largos que solo busca subsistir.
Pero lo que más entraí±able será de aquella adaptación al cine que hizo Murnau son esas tan características tomas del conde amenazante ante un Thomas temeroso en una tierra extraí±a, que vacila ante la valentía de Ellen, quien busca definitivamente acabar con el vampiro que solo llevó la peste y la muerte de Transilvania a su pueblo en Wisborg, Alemania.