
Ciudad de México.- Tras la muerte de Érick Leonardo Terán, de 13 años, durante un campamento de la Academia Militarizada Ollin Cuauhtémoc el pasado 25 de abril, han comenzado a surgir más testimonios de maltrato dentro de esa institución. Uno de ellos es el caso de Fernando, su mejor amigo, quien también habría sufrido agresiones físicas.
La señora Lydia Mezhua, madre de Fernando, denunció que su hijo fue obligado a participar en combates de lucha grecorromana con el objetivo de ganarse la comida. Como resultado, el menor terminó con una fractura en el brazo derecho, por la cual tuvo que ser atendido de urgencia.
“Lo llevaron al Hospital General de Zaragoza porque tenía su brazito quebrado”, relató la madre al diario El Universal, y agregó que los gastos médicos corrieron por su cuenta, ya que la academia no se hizo responsable.
De acuerdo con su versión, durante el campamento de supervivencia, al que asistió con autorización bajo la promesa de que regresaría sano y salvo, Fernando fue presionado para competir físicamente, y su lesión ocurrió en una de estas actividades, donde se condicionaba la alimentación a la victoria en los combates.
Este nuevo testimonio se suma a la creciente indignación por la muerte de Érick y pone nuevamente en el centro del debate las prácticas empleadas por la academia en sus programas de entrenamiento para menores de edad.
jacl