Por: Grupo Zócalo
Ciudad de México.- La vocación religiosa de la joven hermana Cecilia (Sydney Sweeney) relumbra luego de que el padre Sal Tedeschi (Álvaro Morte) la invite a unirse a su congregación en un convento en Italia, sin imaginar que el destino le tiene preparada una terrorífica trampa.
Así comienza el relato de Inmaculada, dirigida por Michael Mohan, un filme de terror religioso recién estrenado en cines mexicanos, y que es estelarizado y producido por Sweeney, una de las estrellas en ascenso en Hollywood.
“Fue una gran aventura producir y actuar, sentí que tenía una oportunidad única y eso se notó en el desarrollo del proyecto; desde la elección del elenco hasta los lugares del rodaje, fueron parte del plan.
“Creo que Cecilia es un personaje lleno de esperanza y de ilusiones, va depositando su fe y su necesidad de cariño en sus deseos de encajar en la congregación. Eso la lleva a descubrir horrores y a profundizar en su fe”, señaló Sweeney en entrevista durante su visita a México.
Escrita por Andrew Lobel, la cinta cuenta cómo Cecilia debe explorar sucesos del pasado en su nuevo hogar para entender los miedos, oscuridades y complejos de sus hermanas y superiores.
“Hay ciertas narrativas relacionadas con la fe en una religión que nos hacen pensar en las creencias, en los miedos, en los anhelos.
“Cuando la hermana Cecilia tiene sus primeros encuentros con el padre Sal, confía ciegamente, a la primera, pero luego se da cuenta que no es lo que tendría que haber sucedido”, comentó la actriz de The White Lotus y Con Todos Menos Contigo.
Esto porque la recién ordenada Hermana descubre que está embarazada y, ante su incredulidad, pero vanagloriada por sus compañeras, se acepta como la nueva madre del esperado Mesías.
De pronto, incrédula, la recién ordenada Hermana descubre que está embarazada, pero el convento se convierte en una fiesta pues Cecilia jamás se ha acostado con un hombre y parece ser la nueva María.
El Padre, figura respetada y de liderazgo, quien tiene conocimientos en biología, la cuidará hasta extremos inconcebibles que harán que Cecilia dude de lo que pasa a su alrededor.
“Mi personaje usa la ciencia a su favor, sin tener escrúpulos ni recelo de lo que podría salir mal o bien. Sólo piensa en su beneficio.
“Al caer en cuenta que hay algo de su plan que puede ir por un camino distinto, es cuando se ve forzado a experimentar, y todo le sale mal. Siento que es una manera de retratar, incluso, a la gente que manipula para beneficiarse sin pensar en consecuencias”, adelantó Morte.
Toda su vida Cecilia creyó que su vida serviría al propósito de Dios, aunque cada vez le queda más claro que el “milagro” que habita en su vientre es algo de lo que hay que desconfiar.
“Lo que me gusta de la narrativa de esta historia es que está centrada en una mujer fuerte que puede que le falle la intuición una o dos veces, pero conforme se va llenando de información, deja de confiar y sabe hacia dónde dirigirse”, agregó Morte.
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