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EU contagia a México el consumo de fentanilo, dice reporte de Secretaría de Salud

Informe concluye que su consumo e impactos negativos van en aumento, sobre todo en entidades como Baja California, Chihuahua y Sonora, vecinas a EU

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Por: Grupo Zócalo 

Ciudad de México.- El consumo de fentanilo es una realidad en México que apenas admite el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque aclara: este fenómeno es moderado, está geográficamente más asentado en el norte del país y está relacionado con la crisis de opioides que Estados Unidos padece.

De acuerdo con las conclusiones del “Informe de la demanda y oferta de fentanilo en México: generalidades y situación actual”, dado a conocer por la Secretaría de Salud (Ssa), en territorio nacional la demanda de esta droga “es de un crecimiento sostenido”.

Enmarcado en los estudios e investigaciones del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones, el reporte federal liga el problema del consumo de fentanilo entre los mexicanos a la vecindad que se tiene con Estados Unidos, donde está imparable el consumo de estupefacientes.

Respecto del impacto que en México causa la crisis de consumo de fentanilo en Estados Unidos, el reporte de la Ssa también expone que la demanda estadunidense del opioide “ha resultado un negocio muy atractivo y lucrativo, ya que los cárteles no requieren tierras ni trabajadores que cuiden de plantíos o esperar tiempos de cultivo, sin mencionar que la inversión económica suele ser más baja y las ganancias mucho más altas”.

Fue en 2017 cuando se identificaron los primeros casos de consumo de fentanilo en México, mediante la sustancia conocida como “China White”, que es heroína combinada con el otro opioide.

La producción del fentanilo tanto para uso médico y legal como para el mercado ilegal de demanda y consumo de drogas no se podría entender sin la participación de la industria química de China que exporta la materia prima a varias naciones del mundo.

Las importaciones del producto básico y terminado de fentanilo farmacéutico en México han ido a la baja durante los últimos tres años, de acuerdo con las estadísticas registradas por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

En gramos, México importó dos mil 903.63 durante 2021, dos mil 983.65 en 2022, mil 345.46 en 2023 y 0.51 gramos en lo que va de este 2024; sumados dan un total de siete mil 233.25 gramos, indica la Cofepris.

“Pese a las limitaciones en la disponibilidad del fentanilo farmacéutico en nuestro país, el uso excesivo de opioides durante las últimas décadas en Estados Unidos ha tenido importantes repercusiones en la dinámica de oferta y consumo en México”, sostiene el reporte de la dependencia que encabeza Jorge Alcocer Varela.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos reportan que, como consecuencia de la gran demanda y consumo imparable de opioides, mueren unas 330 personas cada 24 horas dentro de la sociedad estadunidense.

Respecto del consumo de fentanilo en México, que el gobierno federal relaciona con la crisis en Estados Unidos, se ha reportado un incremento de 2018 a 2023 en los tratamientos médicos para consumidores del opioide, aunque nada comparable con la realidad estadunidense.

La Ssa tiene registro de 10 casos de tratamiento médico por consumo de fentanilo que se reportaron en 2018, 25 más en 2019, 72 en 2020, 181 en 2021, 333 en 2022 y 430 en 2023 atendidos en Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Sinaloa y Sonora.

El gobierno mexicano también identifica los lugares y eventos donde los asistentes tienden a consumir el opioide en diferentes formas, incluso ­–lo que es alarmante para la autoridad– fentanilo en líquidos.

El reporte indica, por ejemplo, que en los festivales de música electrónica se ofrecen pastillas psicotrópicas, cocaína y hasta mariguana que contiene fentanilo.

También en esos festivales y en antros las personas consumen líquidos que contienen fentanilo sin tener conocimiento de ello; agrega que ese tipo de bebidas suelen ser altamente adictivas y hasta letales.

“El uso de fentanilo fuera de contextos médicos no sólo resulta preocupante por su potencial adictivo, también lo es por el alto riesgo de sobredosis si el consumo es excesivo –que puede resultar en la muerte–, tomando en cuenta que se desconoce cuál es la cantidad letal”, se indica en la investigación y conclusión del gobierno de López Obrador.

La ruta del opioide

Respecto de las “urgencias médicas” por el uso de opioides, el reporte informa que a lo largo de 2023 se atendieron 218 casos en Baja California, 54 en la Ciudad de México 47 en Chihuahua y 52 en Sinaloa.

Para prevenir y contener una crisis de salud pública más grave por sobredosis con fentanilo, varias instituciones dentro de la Secretaría de Salud, como el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones y la Dirección General de Epidemiología, entre otros, establecieron “el uso emergente del código U94”, para un monitoreo preciso de las atenciones relacionadas con la intoxicación por fentanilo.

De junio de 2023 a enero de 2024 la Secretaría de Salud ha documentado el número de urgencias atendidas por intoxicación con fentanilo: siete en Baja California, uno en la Ciudad de México, misma cantidad en Morelos, Jalisco, Oaxaca y Tamaulipas, dos en Quintana Roo y en Sonora, y en Sinaloa fueron seis los casos.

Respecto de las defunciones por sobredosis de fentanilo, el informe del gobierno de López Obrador se sustenta en los datos recopilados por los registros públicos de las municipalidades del país y de los ministerios públicos para muertes accidentales y violentas.

“De acuerdo con estos registros, de 2013 a 2022 se reportaron 114 defunciones relacionadas con el uso de opioides en México”, expone la Ssa.
Ese tipo de decesos muestra una tendencia peligrosa al alza de 2017 a la fecha, resultado de mayor demanda y consumo de drogas ilícitas que contienen fentanilo.

En este casillero el gobierno federal informa de la muerte de 12 personas en 2017, 16 en 2018, 13 en 2019, 26 en 2020, 19 en 2021 y cuatro fallecimientos en 2022.

“Las principales entidades con defunciones fueron Sonora, con 38, Baja California, con 28, y Chihuahua, con 22”, indica el informe que también reporta decesos en Colima, Morelos, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Puebla y Oaxaca, que van de uno a tres fallecimientos.
“El fenómeno del consumo de fentanilo se explica en alguna medida por la creciente oferta de éste. Tomando en cuenta que generalmente no suele ser conocida la dimensión de la oferta de sustancias en el mercado ilegal, un referente adecuado es el volumen de aseguramientos que realizan las fuerzas de seguridad para limitar los mercados”, dice el reporte federal.
Paralelamente al aumento y demanda de consumo de fentanilo que el gobierno de AMLO liga con la imparable drogadicción con el opioide en la sociedad estadunidense, en México va al alza la interceptación y decomisos de fentanilo.

Durante 2015 y hasta 2017 se incautaron 71 kilos de fentanilo y al año siguiente se confiscaron 341 kilogramos de la sustancia.

Para 2019 se aseguraron 491 kilos de fentanilo ilícito, mil 242 en 2020, en 2021 fueron dos mil 28 kilos, en 2022 dos mil 86 kilos y durante 2023 se aseguraron mil 848 kilos

De los datos recopilados por el Esfuerzo Nacional en el Combate al Narcotráfico y Actividades de Seguridad Pública, integrado por la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana y la Secretaría de la Defensa Nacional se desprende que los estados del país donde se han confiscado cargamentos significativos de fentanilo ilícito son: Baja California, Baja California Sur, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Durango, Jalisco, San Luis Potosí, Sinaloa y Sonora.

“Estos decomisos muestran las posibles rutas que sigue el tráfico del fentanilo en México, una que corre por el Pacífico mexicano y que, además, involucra a la península de Baja California, y otra ruta que posiblemente corre desde el centro del país, todas con dirección hacia Estados Unidos”, puntualiza el reporte del gobierno mexicano.
Entre sus conclusiones, la Secretaría de Salud sostiene que el fentanilo es para los cárteles mexicanos que lo exportan a Estados Unidos una droga ilícita con potencia extremadamente alta que les genera mayores ganancias económicas con volúmenes más pequeños en producción.

La manufactura de fentanilo y sus análogos psicoactivos es menos complicada respecto de otras drogas, y, contrario a lo que ha dicho el presidente López Obrador, de que en México no se produce la sustancia letal, el reporte de la Secretaría de Salud destaca lo contrario.

“Se ha identificado que la producción de fentanilo puede llevarse a cabo en laboratorios clandestinos sumamente improvisados y, ante el déficit de precursores en el mercado, pueden emplearse diversas rutas de síntesis para producir la misma sustancia”, se lee en el informe.
Ante el desafío que representa la demanda y consumo de fentanilo en México, la Secretaría de Salud resalta la necesidad de cooperación con China, país de donde provienen y se exportan enormes cantidades de precursores químicos para la manufacturación del opioide mortal.

También expone que se requiere instrumentar medidas preventivas en las redes sociales e internet donde se promueve la demanda, venta y consumo de drogas psicotrópicas que contienen fentanilo.

Agrega que la regulación de los precursores químicos que facilitan la producción clandestina ayudaría a eliminar las rutas del trasiego que utilizan las organizaciones del crimen organizado y los cárteles de México para llevar el fentanilo a Estados Unidos.

 

 

 

 

 

madpf

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