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Jorge Mora disfruta del toreo en la ganadería de Julián Hamdan

Regresó a la plaza de tienta de dicha dehesa, después de 16 años.

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Regresó a la plaza de tienta de dicha dehesa, después de 16 aí±os.

Por FRANCISCO VARGAS M.

Aguascalientes.- Por demás interesante, fue la tienta que se llevó a cabo en la ganaderí­a queretana de Julián Hamdan, misma que se ubica en el racho Paraí­so Escondido, enclavado en el municipio de Tequisquiapan, divisa color morado y azul rey, propiedad de nuestro estimado amigo y escrupuloso criador de reses bravas Julián Hamdan Cerda; labor de campo que estuvo a cargo del matador de toros en retiro Jorge Mora, participando también los jóvenes novilleros, el yucateco Jusef Hernández Medina y el celayense Enrique de Ayala.

En esta positiva tienta se probó la bravura de cuatro vacas, la primera fue tentada por el propio ganadero, Julián Hamdan, quien se recreó ante las nobles y francas embestidas que le ofreció su examinada.

Posteriormente, las siguientes dos vacas fueron para el acalitano Jorge Mora, que vistió elegantemente de corto, quien también se gustó haciendo su personal tauromaquia de enorme clase y profundidad, trazando pases basados en el temple y reposo; como lo hizo hace más de 16 aí±os cuando se inauguró la hermosa plaza de tienta.

Por su parte, los novilleros Jusef Hernández Medina y Enrique de Ayala, también gozaron de este rico platillo

taurino, al mostrar cada uno de ellos e interpretar su sello y estilo de sentir el toreo, además que tuvieron la oportunidad de afinar y pulir aspectos técnicos.

Al ver la calidad de las vacas, nuestro amigo y colega Emilio Méndez, también pidió turno para calmar sus ansias de torero, logrando pases que tuvieron calado, alimentando de esta manera su espí­ritu y enorme pasión por la más hermosa de las fiestas.

Al final, el diestro aguascalentense Jorge Mora como los novilleros actuantes, agradecieron la gentil invitación al ganadero Julián Hamdan, quien como siempre fue un extraordinario anfitrión, además de quedar más que satisfecho y contento por todos los resultados arrojados en esta interesante labor de campo; en la cual se confirmó una vez más que: “La grandeza del toreo es la bella creación del arte, en donde se pone en juego la existencia de la vida sobre la muerte”.

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