
Linda Rubí Jaques Flores, de 30 aí±os, fue ultimada de un balazo en la cabeza por Lucio Soto, de 83, jefe de familia con quien desde hacía aí±os tenía una cruenta disputa.
Por: Bernardo GarcíaSaltillo, Coahuila.- El hartazgo por 10 meses de indiferencia y acoso por parte de la justicia ministerial llegó a su límite, pues tuvo que correr sangre para que las autoridades pusieran verdadera atención al pleito por un terreno de la colonia Bellavista.
Linda Rubí Jaques Flores, de 30 aí±os, fue ultimada de un balazo en la cabeza por Lucio Soto, de 83, jefe de familia con quien desde hacía aí±os tenía una cruenta disputa.
Esperanza de León, de 78 aí±os, esposa y legítima dueí±a de los terrenos en cuestión, accedió a una entrevista en la que aseguró que todo el problema se derivó por culpa de las autoridades ministeriales, de quienes han sido víctimas desde el viernes 5 de febrero cuando se acercaron a esta casa editora para exponer su problema de forma pública.
Esperanza aseguró tener mucho miedo, a pesar de que su esposo Lucio ya se encontraba en manos de las autoridades ministeriales, por lo que abandonó su hogar ubicado al sur de la ciudad para refugiarse en un sitio desconocido.
Relató de viva voz las tropelías de las que su familia fue víctima a manos de Jaques Flores y de su esposo Francisco Pérez Perales, comandante de la PGJE, quien en repetidas ocasiones manipuló la justicia para su beneficio propio, aseguró.
âConocimos a Rubí hace algún tiempo, cuando mi hijo le vendió un terreno donde ella y su esposo construyeron unos locales comerciales en la calle General Charles, desde entonces por todos los medios trató de apoderarse de los terrenosâ, aseguró Esperanza de León.
La afectada acudió a denunciar públicamente su problema y fue el sábado 6 de febrero de este aí±o que Zócalo Saltillo hizo del dominio público su problema, siendo ese día cuando, asegura la septuagenaria, Linda Rubí irrumpió en su domicilio y la amenazó de muerte, además de ocasionar destrozos en su hogar.
âMe dijo que por qué denuncié el despojo y le contesté que eso era lo que estaba ocurriendo; me dijo que me iba a matarâ.
El día 19 de febrero, una persona vestida con ropa táctica arribó a su domicilio y disparó en cinco ocasiones, por lo que solicitó el apoyo de las Fuerzas Armadas.
Los meses transcurrieron sin novedad, hasta que la tarde del pasado domingo Lucio Soto se despidió por última vez de su esposa.
â¿A dónde vas?, le pregunté, y me dijo âahorita vengoâ. ¿Qué llevas ahí?, deja eso ahíâ, (refiriéndose al arma de fuego que ya el octogenario portaba entre sus pertenencias).
âComo era una persona necia, se fue, había tomado, pero fue hasta después que me avisaron lo que había ocurridoâ, aseguró.
âTengo miedo, por eso estoy escondida, tengo miedoâ, aseguró la madre de familia, quien también teme por la vida de su esposo.