
La derrota electoral de Donald Trump se propagó rápidamente por las casas de campaí±a de esta campamento improvisado.
Por: EFEÂ Matamoros.- Los migrantes que viven desde hace más de un aí±o en un campamento habilitado en el río Bravo en la mexicana Matamoros celebran el triunfo del demócrata Joe Biden y ahora perfilan el derrumbe del muro que representa para ellos el Protocolo de Protección a Migrantes (MPP), lo que alimenta su esperanza de ingresar a Estados Unidos de manera legal.La noticia de la derrota electoral de Donald Trump se propagó rápidamente por las casas de campaí±a de esta campamento improvisado. De voz en voz, a través de los grupos de WhatsApp, nadie estuvo ajeno al acontecimiento mundial que ha levantado expectativas en el tema migratorio tras la cerrazón de la todavía actual Administración estadounidense.
âBastante contento, muchas más esperanzas, ahora se abre un nuevo panorama. Creo que eso va ser la base de otra espera, de otra manera con una esperanza más realâ, declaró este lunes a Efe Orlando Enrique Magallón, originario de Panamá.
La espera ha sido larga para centroamericanos y familias de diversos países, que están encapsulados bajo este esquema conocido como "Remain in México" (Permanecer en México) que impuso el actual presidente estadounidense, el republicano Trump.
Este polémico protocolo ha dejado a cerca de 70 mil migrantes de diferentes países en varios puntos de la frontera norte de México a la espera de que una corte estadounidense resuelva su solicitud de asilo.
âNo hay garantía de nada, nadie ha prometido nada, pero todo como se hizo puede hacerse al contrario. Esperamos que se libren leyes" que permiten acabar con el actual programa de solicitud de asilo, mencionó el panameí±o
Al inicio de este protocolo de actuación, eran alrededor de 3 mil migrantes los que esperaban en la fronteriza Matamoros.
Pero con el paso del tiempo y las trabas en los procesos -acentuadas por la pandemia de coronavirus- cientos desistieron y regresaron a sus naciones de origen, mientras que otros se integraron a la vida mexicana.
Ahora solo son alrededor de 700 adultos y nií±os que están en la ribera del río que divide a México y Estados Unidos. No obstante, este campamento pegado al río Bravo ha ejemplificado las terribles condiciones de miles de migrantes en el norte del país.