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¡Arde París! Disturbios y gases lacrimógenos en protesta

Gases lacrimógenos, corridas, barricadas en las calles y 700 detenidos

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Gases lacrimógenos, corridas, barricadas en las calles y 700 detenidos

Por: AFP La tensión aumentó este sábado en Parí­s cerca de los Campos Elí­seos, en donde la policí­a lanzó gases lacrimógenos contra "chalecos amarillos" que se enfrentan a las fuerzas al grito de "¡Macron dimisión!". La policí­a disparó numerosos proyectiles de gas lacrimógeno para hacer retroceder a manifestantes, en una calle adyacente a los Campos Elí­seos, cerca del Arco del Triunfo. Alrededor de 1.500 personas manifestaban en la célebre avenida parisina, según la prefectura de Parí­s. Hasta el momento, 700 personas fueron detenidas en otra jornada de protesta del movimiento antigubernamental de los "chalecos amarillos" que han puesto en jaque al presidente Emmanuel Macron. Las autoridades, que temen un estallido de violencia, están llevando a cabo controles en las estaciones de ferrocarril y en los puntos estratégicos de la capital. El gobierno, que se prepara para una "gran violencia", anunció el despliegue "excepcional" de cerca de 90.000 policí­as en todo el territorio, que están apoyados en Parí­s por una decena de vehí­culos blindados para proteger los edificios públicos y despejar las barricadas. Además de algunos miembros de los "chalecos amarillos" que se han radicalizado, el Ejecutivo teme la movilización de grupos de extrema derecha y extrema izquierda que podrí­an aprovechar las manifestaciones para sembrar el caos. El fuerte dispositivo de seguridad desplegado en varios puntos estratégicos de la capital, incluyendo la sede de la presidencia y los Campos Elí­seos, ha convertido el centro de Parí­s en una ciudad fantasma, con museos, monumentos y estaciones de metro cerradas. Los comercios de la zona de los Campos Elí­seos amanecieron con paneles de madera en sus escaparates para evitar potenciales daí±os y saqueos. Muchos no abrieron este sábado, a pocas semanas de las fiestas de fin de aí±o. En la mente de todos los franceses están las imágenes de la última protesta de los "chalecos amarillos" el sábado 1 de diciembre, que desembocaron en escenas de guerrilla urbana, un escenario que las autoridades quieren evitar a toda costa en esta ocasión. Esta ola de manifestaciones comenzó el 17 de noviembre en oposición a un aumento de los impuestos a los combustibles, pero en las últimas semanas se ha convertido en una protesta generalizada contra la polí­tica económica y social del gobierno. El presidente Emmanuel Macron cedió esta semana a algunas de las demandas de los manifestantes. Anuló el alza del gravamen a los combustibles, que hací­a parte de un plan para combatir el cambio climático, y congeló los precios del gas y la electricidad durante los próximos meses. Pero estas medidas no han sido suficientes para apagar la cólera del los "chalecos amarillos", un movimiento sin estructura ni dirigentes, que expresa el hartazgo de la clase media que ha perdido poder adquisitivo. "Esperamos al seí±or Macron" El primer ministro Edouard Philippe recibió el viernes por la noche a una delegación de los llamados "chalecos amarillos libres", un ala moderada de este movimiento que ha instado a la gente a no ir a Parí­s este sábado. "El primer ministro nos escuchó y prometió comunicar nuestras reivindicaciones al presidente. Ahora esperamos al seí±or Macron. Esperamos que hable ante el pueblo de Francia como un padre, con amor y respeto, y que tome decisiones fuertes", dijo a la salida de la reunión un portavoz del movimiento, Christophe Chalení§on. El presidente, "que no quiere echar leí±a al fuego", se ha mantenido en silencio toda la semana, en medio de la peor crisis de su presidencia. Está previsto que hable la próxima semana. El viernes por la noche se reunió durante cerca de una hora, sin medios de comunicación, con unos 60 gendarmes de un escuadrón movilizado en los Campos Elí­seos, ante los cuales pronunció unas palabras de "aliento y "agradecimiento" por su labor, seí±aló la presidencia. En las redes sociales proliferaban los llamados a la dimisión del Macron, cuya popularidad se ha derrumbado, con apenas 23% de aprobación tras aí±o y medio en el poder. En algunas regiones de Francia, las autoridades prohibieron las manifestaciones este sábado, así­ como la venta y transporte de gasolina, los artificios pirotécnicos y productos inflamables o quí­micos, para evitar que los manifestantes prendan fuego a las barricadas. Varias embajadas extranjeras han recomendado a sus ciudadanos residentes en Francia o de visita en la Ciudad de la Luz extremar las precauciones este sábado. El gobierno teme además un contagio de la contestación social a otros sectores, sobre todo entre los estudiantes, que han salido a manifestar en los últimos dí­as, en protestas empaí±adas por enfrentamientos con la policí­a. Además de las manifestaciones de los "chalecos amarillos", este sábado están previstos en Francia un centenar de desfiles, en respuesta a un llamado internacional para alertar sobre el cambio climático, coincidiendo con una conferencia sobre el clima de la ONU en Polonia.
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