
Mohamad dice haberse enterado por casualidad de que su nombre figuraba en las listas de personas buscadas.
Por AFP
Irak.- Mohamad vive enclaustrado desde la liberación de Mosul. Nunca se unió al grupo Estado Islámico (EI) pero teme que las autoridades lo confundan con el iraquí al que buscan por pertenencia al grupo yihadista y que tiene el mismo nombre que él.
Al igual que cientos de iraquíes, este hombre de 24 aí±os, que prefiere no dar su nombre, evita cruzarse con la policía o los militares por miedo a ser detenido.
Mohamad dice haberse enterado por casualidad de que su nombre figuraba en las listas de personas buscadas.
Acudió a una administración pública a buscar un documento cuando de pronto su nombre apareció en el ordenador. Al ver la mirada desconfiada del funcionario, se fue corriendo.
"No puedo salir de Mosul, ni siquiera circular libremente por la ciudad", declara, preocupado, este hombre a la AFP. Este padre de dos hijos afirma que las fuerzas de seguridad podrían arrestarlo basándose en las "listas de nombres que figuran en sus ordenadores".
En la provincia de Nínive, cuya capital es Mosul, Sami al Faisal, que dirige una oenegé de derechos humanos, registró "unas 2 mil 500 víctimas de casos de homonimia".
Si hay tantos nombres iguales es porque en Irak, como en muchos países árabes, la identidad en los documentos de identidad se registra por el nombre de la persona (el de pila), el de su padre y el del abuelo (sin apellidos).
¿Tres o cinco nombres?
Hay que remontar los archivos para aí±adir el nombre del bisabuelo y el de la tribu a la que pertenece. Un rosario de nombres indispensable para distinguir a miles de Mohamad, Ali, Jaled, Jalil o Ibrahim, por citar algunos de los más frecuentes.
Los nuevos documentos de identidad iraquíes están dotados de un código que permite a las fuerzas de seguridad encontrar el nombre completo. Pero en Mosul, ocupado tres aí±os por los yihadistas, estas tarjetas no existen.
Mohamed podría acudir a la justicia, explican magistrados y abogados, pero él no quiere ni oír hablar de esta posibilidad.
"Presentar una demanda ante un juez me bloqueará durante meses, quedaré en comisaría el tiempo que investiguen y se aseguren de mi inocencia (...) llevará tiempo", zanja, nervioso.
Wahid, de 30 aí±os, acepta hablar con la AFP con la condición de no revelar su nombre, que "odia". Cuando acudió a la universidad a recoger su diploma vio que en la lista de personas buscadas había un nombre como el suyo, cuenta.
"El diploma no se entrega hasta que se verifica con los servicios de inteligencia, entonces renuncié a pedirlo por miedo de que me detengan", aí±ade Wahid. Si lo arrestaran se expondría -dice- a "recibir golpes e insultos" hasta que se demuestre su inocencia.
Uno de sus amigos, que según él tuvo la desgracia de llamarse como un yihadista, lleva tres meses detenido.
97 Mohamad Jasem Mohamad
"Algunos criminales logran salvarse" recurriendo a la corrupción, lamenta.
Ahmed Awad al Juburi, portavoz del colegio de abogados de la provincia de Nínive, conoce muy bien estos casos que se resuelven gracias al nombre de las madres, esposas y a las fechas de nacimiento. "Actualmente hemos identificado a 97 Mohamad Jasem Mohamad", comenta a la AFP, y todos se exponen a ser detenidos pese a que sólo se busca a uno por terrorismo.
Mohamad Ibrahim al Bayati, encargado de la seguridad en el consejo provincial de Nínive, estima que hay que suspender las detenciones basadas en sólo tres nombres. Hay que identificar a las personas por cinco nombres sucesivos y entregar cuanto antes a los habitantes de Mosul documentos de identidad informatizados.
En el Mosul post-Estado Islámico nadie se salva. Incluso miembros de las fuerzas de seguridad o de las autoridades provinciales fueron víctimas de la homonimia. Como por ejemplo Bayati. "Mi nombre (de pila) y los de mi padre y abuelo coinciden con los de varias personas (yihadistas)".