
El secretario de Hacienda, José Antonio González, aclaró que los funcionarios de su dependencia están âestudiando con lupaâ la reforma fiscal de EEUU para elaborar una respuesta.
Por: El Economista
Ciudad de México.-Â Ante la reforma fiscal de Estados Unidos, tendremos que hacer algo, pero somos conscientes de las limitaciones: no pondremos en riesgo la disciplina presupuestal, ni tenemos margen para incrementar la deuda pública, dice José Antonio González Anaya, secretario de Hacienda.
âEstados Unidos se puede dar el lujo de bajar impuestos y producir un déficit enorme sin que los mercados lo castiguen; nosotros no, debemos tener mucho cuidado, porque si bajamos los impuestos y no encontramos la forma de generar los recursos que compensen (...) tendremos un deterioro en la calificación de nuestra deuda, podría salirnos más caro el caldo que las albóndigasâ, expresa.
No hay una fecha para anunciar las medidas, pero está claro que el encargado de elaborar la propuesta es el subsecretario de Ingresos, Miguel Messmacher. La premisa con la que Hacienda trabaja es que cualquier propuesta de reducción del ISR corporativo en México debe ir acompaí±ada de límites a las deducciones como las que EU ha implementado. En el caso de los impuestos a las personas físicas, no considera necesario realizar modificaciones al ISR.
No obstante, destacó que, al sumar los impuestos locales, la tasa estatutaria promedio que pagará una empresa en Estados Unidos será de 27% -y no 21%-, no muy alejada de la de México.
Considera asimismo que el hecho de que el Paquete Económico 2018 ya haya sido aprobado implica una restricción: âPara bajar impuestos o generar incentivos, basta un decreto del Ejecutivo; para subir o crear impuestos, se necesita la aprobación del Congresoâ.
El secretario de Hacienda se reunió ayer con un grupo de columnistas en un salón de Palacio Nacional, y lo acompaí±aban los subsecretarios Miguel Messmacher y Fernando Galindo. En Hacienda trabajan a marchas forzadas y tendrán unas vacaciones muy breves, dos o tres días, pues estudian con lupa el documento que aprobó el Congreso de Estados Unidos y también las propuestas que está haciendo el sector empresarial mexicano.