
Y aunque se perfila como el nuevo símbolo sexual, asegura que no sabe cómo lidiar con los halagos de damas y caballeros.
Por: Agencias
Ciudad de México.- Aventurero, explorador, autosuficiente, gitano y muy enigmático: así se describe Jason Momoa, aunque aclara que prefiere ahondar sobre las cualidades de sus personajes que de él como persona.
Con un físico de campeonato y una presencia fuerte y algo ruda, es difícil imaginar que el hawaiano de 38 aí±os es en extremo sensible y tímido en ocasiones.
âSoy hermano de todo el mundo, comulgo con la tierra y con el mar y me siento halagado por los cumplidos. Mis personajes tienen algo de mí, pero mi esencia se queda conmigo, y doy gracias a la naturaleza por todos y cada uno de los díasâ, dice.
Aunque obtuvo notoriedad internacional como Khal Drogo, de Game of Thrones, afirma que su pasión por la biología marina, disciplina que estudió aunque no se graduó, lo hizo acercarse casi inevitablemente a Arthur Curry, cuyo álter ego es Aquaman, superhéroe del momento.
âSiempre me visualicé como un tritón, como un personaje del agua, porque en mi naturaleza está lo acuático, y desde que radiqué en Hawaii, donde nací, pensé que lo mío era ser un hombre del mar.
âDesde joven pensaba en que me dedicaría sólo al surf, a enseí±ar a nií±os a nadar y a no tenerle miedo al agua, porque tanto si te das una ducha con agua helada o cuando te llega el agua de golpe, el temblor te genera pánico. Yo me propuse dominarlo y lo conseguí... ¡Y luego vino el personaje!â, apunta.
Criado en Norwalk, Iowa, Jason creció devorando cómics y siempre quiso interpretar a un superhéroe en la pantalla grande.
Así que no cabía de la emoción cuando Zack Snyder le pidió hace varios aí±os que audicionara... ¡para Batman! Como todos sabemos, el papel se lo quedó Ben Affleck, pero Snyder lo mantuvo en su radar, y podría decirse que fue la mejor elección.
âMe encanta nadar, lo traigo en la sangre, desde que era nií±o jugaba a aguantar la respiración bajo el mar y de un reto se convirtió en afición, y luego en costumbre. De la biología marina pasé a la biología salvaje porque me pareció que el campo de acción era más amplio, y sé mucho sobre animales marinosâ, admitió.