
Prohíbe entrada de refugiados de todo el mundo.
Por: Agencias
Washington.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó hoy la nueva versión de su polémico veto migratorio, que seguirá prohibiendo la entrada de refugiados al país y detendrá la emisión de visados a los ciudadanos de Irán, Somalia, Yemen, Libia, Siria y Sudán, todos ellos países de mayoría musulmana.
Este nuevo decreto entrará en vigor a las 00.01 hora local (05.01 GMT) del 16 de marzo y sustituirá al polémico veto emitido el pasado 27 de enero y bloqueado por una decisión judicial.
La orden prohíbe la entrada al país durante 120 días de los refugiados de todo el mundo, con el fin de reforzar los procedimientos de seguridad y asegurarse de que las personas que piden asilo no suponen una amenaza para la seguridad de los estadounidenses.
En la anterior orden, bloqueada en los tribunales, se prohibía de manera indefinida la entrada de refugiados sirios a Estados Unidos, pero esta vez el Gobierno no los menciona de manera específica y los incluye con el resto de refugiados, por lo que tendrán prohibida su entrada al país durante 120 días.
Asimismo, aunque se vuelve a suspender temporalmente la acogida de refugiados, los solicitantes sirios no estarán vetados de manera indefinida como en un primer momento, adelantaba el New York Times.
El Pentágono presionó a Trump para que sacara a Irak de la lista negra, asegura Bloomberg. No hacerlo podría perjudicar la cooperación entre Washington y Bagdad en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico y dejar en la estacada a iraquíes que arriesgaron su vida para asistir a EEUU.
Estaba previsto que la Casa Blanca presentara el nuevo veto migratorio el pasado miércoles, pero la Administración cambió de planes en medio de una ola de críticas positivas a Trump por su primer discurso al Congreso.
âEn los próximos días tendremos una orden ejecutiva revisadaâ, anunció entonces el vicepresidente de EU, Mike Pence, en el programa CBS This Morning. âLe están dando los retoques finalesâ.
Apenas días después de jurar en el cargo, Trump rubricó una orden ejecutiva para âproteger a la nación de la entrada de terroristas extranjerosâ. El decreto cerraba las puertas de EU a siete países de mayoría musulmana durante tres meses -Irak inclusive-, suspendía la acogida de refugiados por 120 días, vetaba indefinidamente a los solicitantes de asilo sirios y prometía trato prioritario a los refugiados de religiones minoritarias en su lugar de origen (en una entrevista el mandatario puso el ejemplo de los cristianos en Siria).
La orden ejecutiva desató el caos en Estados Unidos y el mundo. Se produjeron cientos de detenciones en los aeropuertos del país y muchos viajeros ni siquiera pudieron subirse al avión. También desencadenó un aluvión de críticas y una cruenta batalla legal de la que la Administración Trump saldría derrotada.
Muchos críticos calificaron la medida de âveto contra los musulmanesâ. âEs antiestadounidense, es anticonstitucional, ha impactado mi derecho a existir en este paísâ, aseguraba una estadounidense musulmana que encabezaba una gran demanda contra la Administración, cuando la orden se encontraba aún en vigor.
Las encuestas sugerían, sin embargo, que los estadounidenses favorecían en silencio las restricciones impuestas por el presidente republicano.