
El precandidato a la Gubernatura por el PRI también llama a jóvenes a unirse a su proyecto
Por:Â Jesús Castro
Saltillo, Coah.- En el templete, frente a unas 2 mil mujeres priistas, el precandidato del Partido Revolucionario Institucional a la Gubernatura, Miguel íngel Riquelme Solís, se expone. Acaba de contarles que le pidieron la mano de su hija mayor y tiene sentimientos encontrados. La sonrisa le vuelve sólo cuando dice que su hija menor heredó el carácter fuerte de su padre. Está terminando la contienda interna y Miguel íngel Riquelme decide pararse frente al sector femenino del partido, en un lujoso salón al norte de la ciudad que está abarrotado. Entra por una valla de selfies que surca por espacio de 20 minutos hasta que llega al frente. Allá lo espera la plana mayor del priismo femenino: diputadas locales y federales, también regidoras. Se siente la ausencia de la senadora Hilda Flores, pero asiste doí±a Evangelina Valdés, madre del Gobernador. Las saluda a todas. Ahora está también su esposa Marcela Gorjón, sobre quien expresa âhace días que no la veoâ. Se levanta a hablar emocionado luego de sentar junto a él a Jimena, una nií±a de Matamoros que los dejó boquiabiertos con un discurso en el que citó, de entrada, a Malala, y lo finalizó con una frase de Eva Perón. âNadie nos dará el poder a las mujeres, tenemos que tomarlo nosotrasâ, dijo con fuerza la pequeí±a, levantando ovaciones de las asistentes. Por eso, cuando Riquelme comenzó su discurso, se refirió a Jimena como âel símbolo del empoderamiento de la mujer en Coahuilaâ. Quizá eso le dio ánimos para hablar en público de su familia. De lo fuertes que fueron su esposa, su madre y sus hijas en momentos difíciles de su vida. De la recién pedida de su hija mayor, sobre lo que comentó âsiento que me arrebatan una parte de mi serâ. Pero también se refirió a la hija menor, Grace, con quien tiene algunos desencuentros porque âtiene un carácter muy semejante al míoâ. Su discurso fue largo, las promesas concretas, la solicitud de apoyo una constante y al final, una cita de regalo para las presentes. âMujeres, hay mujeres tan divinas, no queda otro camino que adorarlesâ, dijo Riquelme, para luego gritar, âpor Coahuila, por México. Dios las bendigaâ.