Por: Grupo Zócalo
Ciudad de México.- Cuando Red Bull decidió terminar el contrato de Sergio Pérez cometió un error que hoy paga y que cada día le cuesta más en muchos sentidos que incluyen, pero no se limitan a lo competitivo, económico, desarrollo y manejo de jóvenes pilotos.
En diciembre de 2024, el equipo de Fórmula 1 que tiene su sede en Milton Keynes decidió pagar el contrato que tenía con Checo Pérez, en el cual había un compromiso con el mexicano para que fuera su piloto durante 2025 y una opción que se activaría en 2026.
Esa fue la respuesta y en teoría la solución a la mala racha que sufría el segundo volante de la escudería que terminó en el octavo puesto del Campeonato de Pîlotos, mientras que Max Verstappen conseguía el tetracampeonato.
El ‘problema’ era, o al menos así lo creían los directivos de Red Bull, encabezados por Christian Horner, Checo Pérez. No el auto ni el lado del garage que atendía ese monoplaza, así que con la llegada del neozelandés Liam Lawson, todo estaría resuelto.
El error de bajar a Checo Pérez cada día cuesta más dinero
La decisión de Horner y compañía implicó, obviamente, el pago de varios millones de dólares de sueldos de 2025 y 2026 para Pérez, con la agravante de que el movimiento se dio una vez que había terminado el calendario 2024 y que no había opciones para Checo en ningún otro equipo.
Ahí de entrada, Red Bull pagó a un piloto para que se fuera y tuvo que pagar (mucho menos) el sueldo del que entraba.
A eso hay que sumarle que con Checo Pérez se fueron sus patrocinadores, y aunque AT&T sustituyó a Claro, lo cierto es que lo que podía aportar Lawson era muy inferior a lo que llevaba el jalisciense. No se diga lo que aporta Yuki Tsunoda.
También, se achacó a Pérez que Red Bull no había conseguido el Campeonato de Constructores y ellos traía consigo una sangría económica extra. Pues ahora, Red Bull no sólo no será tercero, cerca del segundo entre los equipos, hoy en día no aspira a mucho más del cuarto lugar y eso son alrededor de $33 millones de dólares menos que el líder.
La comparación en resultados entre Pérez y sus sustitutos es brutal
El tiempo, que muchas veces tiene la respuesta a muchas interrogantes, poco a poco desmintió la teoría de que Checo Pérez era la causa de los males de Red Bull.
Adrián Newey dio una entrevista donde explicó que Red Bull, incluido él como director técnico, cometieron un error en el desarrollo del monoplaza, algo que lo convertía en un monoplaza que cada vez era más complicado de conducir.
Dicho error se remontaba al Gran Premio de España de 2023 y, aunque Verstappen pudo ser competitivo todo el resto de esa temporada y la mitad de 2024, llegó un momento en que ni el neerlandés podía llevar al podio al RB20.
A decir de Newey, el equipo de diseñadores e ingenieros que se quedaron una vez que él renunció luego de cinco GP’s de 2024, pretendieron resolver ese yerro de desarrollo, con la puesta a punto y eso sólo lo empeoró todo.
A pesar de los grandes problemas que enfrentó Pérez para tratar de adaptarse y conseguir resultados con el RB20, luego de las 10 primeras carreras de 2024 sumaba 111 puntos, mientras que entre Lawson y Tsunoda han podido dar sólo 7 unidades a Red Bull en el mismo lapso de GP’s en 2025.
Son 104 puntos de diferencia entre Pérez y sus reemplazos, tal vez en eso se basó Checo cuando dijo recientemente que sabía de buena fuente que Red Bull está “muy arrepentido” de haberlo cortado.
El trabajo que dejó Pérez es, seguramente, el más complicado que puede tener un piloto en la F1, porque conducir en el mismo equipo de uno de los mejores de la historia, con un equipo que sólo atiende un lado del garage, que provee ingenieros jóvenes para una tarea que debería ser cubierta con experimentados es algo que sólo él pudo hacer desde que Daniel Ricciardo dejó a Red Bull en 2018.
Red Bull también perdió la retroalimentación de Pérez
Checo Pérez no sólo era un piloto que podía adaptarse al complicado desarrollo que tiene el concepto de los autos Red Bull, también era una fuente fidedigna de retroalimentación para los ingenieros.
Cada vez que Checo se quejó de algo del monoplaza de Red Bull, a la larga se comprobó que el problema existía. Tan es así que Pierre Waché, quien tomó el lugar de Newey, reconoció en 2024 que le debían una disculpa Pérez por no atender a su ‘feedback’.
Verstappen no es la mejor fuente de información, porque el consigue hacer rápido un auto en casi cualquier condición, pero Pérez, un piloto más terrenal, daba un diagnóstico real, el cual ahora es nulo o muy inferior con Tsunoda, quien no atina a explicar por qué cuando pretende llevar el RB21 al límite, invariablemente pierde tiempo o hasta el control del auto.
La cantera de pilotos de Red Bull se agota
Salir del contrato con Checo Pérez también ha provocado que Red Bull ‘queme’ en cosa de meses a dos pilotos que tenía como prospectos a futuro.
Primero, Liam Lawson, que algunos decían que tenía el potencial para triunfar en Red Bull, sólo duró dos Grandes Premios vestido con el overol del equipo grandes, antes de ser degradado a Racing Bulls en favor de Tsunoda.
Ahí, un prospecto se fue por el desagüe y su proyección inmediata es la de salir de la organización más que otra cosa.
Yuki Tsunoda, otrora novato prometedor que se curtió al lado de Pierre Gasly, dio cuenta de sus coquiperos Nyck de Vries, Ricciardo e incluso Lawson, ha vivido una pesadilla en ocho actos desde que subió al puesto titular de Red Bull y, lo mismo que Liam, tiene más probable quedarse sin asiento que mantenerse como compañero de Verstappen.
Lo que sigue es probar Isack Hadjar, quien ha debutado con el pie derecho en Racing Bulls, pero que se corre el riesgo de que sea ‘quemado’ como sus antecesores ante una empresa casi imposible.
Para cubrir los posibles huecos que dejen Tusnoda y Lawson están Arvid Linblad y Oliver Goethe, ambos en F2 actualmente y siendo el primero el prospecto más claro para la promoción, pero difícilmente otro está preparado para el reto.
La salida Checo, quien no era parte de Junior Team, ha expuesto la debilidad de la cantera de Red Bull y la imposibilidad de producir los pilotos que puedan cubrir cabalmente los cuatro asientos de la organización.
Es más, la llegada de Pérez fue producto de la escasez de talento o la indebida explatación del mismo por parte de Red Bull.
Seguramente, Horner y el resto de la plana mayor de Red Bull nunca reconocerán que hubiera sido mucho mejor mantener a Checo Pérez y aceptar que el problema era su sistema, su concepto de monoplaza y tratar de corregirlo.
Pretendieron resolver con pilotos con mucha menos experiencia, mágicamente, estuvieran a la par de Verstappen, pero en el momento en que los cuentas se hagan de los gastado en dinero, lo perdido en puntos, lo desperdiciado en desarrollo y en talento, tal vez, alguien deba asumir los costos de esa decisión.
madpf
