
Saltillo, Coahuila; 26 de junio de 2025.- Cuenta la leyenda que una joven enamorada del dios Sol lo contemplaba cada día hasta que, consumida por su amor, fue transformada en un girasol: Una flor que jamás deja de seguirlo, aun en los días nublados.
En San Antonio de las Alazanas, esa historia parece cobrar vida entre los campos dorados que la familia Durán García cultiva con cariño. Ese mismo hechizo romántico se puede vivir en la Huerta de Girasoles, un rincón donde la tierra florece con historia y cada flor parece mirar al cielo refrenando la promesa del amor eterno.
Nace un proyecto
María Fernanda Duran García, encargada del proyecto, relató que lo que comenzó como una reunión familiar, una tarde de carne asada rodeada de girasoles, se convirtió en una experiencia que ha enamorado a cientos de visitantes.
“El año pasado decidimos abrir las puertas como un experimento, y la respuesta fue abrumadora. No imaginábamos ver a tanta gente caminar entre los girasoles de nuestra infancia”, comparte María Fernanda con emoción.
Detalló que la Huerta de Girasoles ofrece mucho más que una postal encantadora, pues además se puede pasear en bicicleta entre miles de girasoles y manzanos, descansar en un área de picnic con snacks y bebidas, convivir con animales en una pequeña granja, y capturar momentos inolvidables en spots diseñados para las mejores fotos: Una silla gigante, un columpio con vista de ensueño y un panorámico que eleva 10 metros para apreciar desde las alturas todo el esplendor del valle.
Duran García explicó que tan sólo el domingo pasado el predio que alberga media hectárea de girasoles fue visitada por más de 800 personas que además aprovecharon su viaje al pueblo mágico para visitar otros comercios de la localidad.
“Queremos que este rincón beneficie a todos: A quienes tienen cabañas, restaurantes y cafeterías en la sierra. Que sea un motor de vida para la región. El fin de semana pasado que tuvimos mucha gente a los comercios de comida se les mejoró la venta y eso nos motiva a seguir contribuyendo con la economía de San Antonio”, afirma María Fernanda.
Girasoles de junio a septiembre
La entrevistada explicó que floración está dividida en tres etapas de media hectárea cada una, lo que garantiza un espectáculo continuo desde junio hasta septiembre. Así que hay tiempo de sobra para visitarlos.
La entrada tiene una cuota de recuperación de $50 pesos, una suma simbólica frente a la experiencia natural, visual y emocional que se vive en cada rincón.
DGLJ