Por: El Marqués
El senador Luis Fernando Salazar puso el dedo en la llaga: denunció un presunto fraude de 66 millones de pesos cometido por la empresa Grupo Integrador de Servicios de Edificación, S.A. de C.V., supuestamente contratada para el mantenimiento de pozos del SIMAS Torreón, pero cuyo domicilio resulta un domicilio particular —sin registros de operaciones ni empleados—, una señal inequívoca de “empresa fantasma”.
Salazar recalca que, mientras miles de familias viven cortes de agua recurrentes, el dinero destinado a la higiene hídrica se desvía, y al parecer va a parar a bolsillos vinculados a la administración: desde el propio alcalde Román Alberto Cepeda; el secretario del Ayuntamiento, José Ganem y hasta el chofer de este último, José Feliciano Hernández, cuyo salario no explica la adquisición de una camioneta High Country y un depósito de 12.3 millones de pesos. Algo huele muy mal y de nuevo, los ojos de la transparencia se ponen sobre Torreón.
Represión en Torreón
Por cierto, con nombre y apellido, el diputado Antonio Attolini denunciará desde la máxima tribuna del estado que el ataque afuera del Coliseo Centenario fue un mensaje del alcalde Román Alberto Cepeda, quien, aseguró, se siente dueño de Torreón. “¡Hablaste mal de mí!”, le soltó el agresor antes del golpe, según narró el diputado. Lo dirá en tribuna, y lo dirá fuerte: no fue una riña, fue una agresión contra su libertad de expresión. Y no es la primera. Attolini enumeró casos recientes donde periodistas han sido hostigados, empujados o encapsulados por la autoridad municipal. El patrón se repite: todo aquel que incomoda al gobierno local, acaba silenciado o golpeado. Y el caso del diputado trae sus particularidades. ¿Cómo es que hay video de cuando somete al agresor, pero no del golpe? ¿Por qué el agresor escapó en una camioneta escoltada? ¿Y por qué, a estas alturas, nadie sabe su nombre? Attolini habló de miedo, pero también de convicción. Dijo que no se va a echar para atrás. En una ciudad donde criticar se paga caro, su discurso fue, más que posicionamiento, advertencia: no van a doblarlo.
El Costo para Saltillo
Lo que comenzó como una supuesta protesta por la defensa del agua, terminó revelando el verdadero rostro de ciertos grupos políticos en Saltillo. Un reducido grupo de jóvenes bloqueó el bulevar Venustiano Carranza, y afectó con ello a miles de saltillenses que usan esta vialidad todos los días. La excusa: una supuesta instalación de una nueva planta refresquera que “consumiría” el agua de la ciudad. Sin embargo, la autoridad municipal no tardó nada para desmentir el rumor. El alcalde Javier Díaz aclaró que se trata de una ampliación de una bodega, no de una nueva fábrica ni de un mayor consumo de recursos hídricos.
Buscar notoriedad
El trasfondo de esta manifestación en Saltillo parece ser más político que ambiental. Este grupo minoritario -vinculado a personas cercanas al dirigente de Morena en el estado, Diego del Bosque-, conocido por sus intentos previos de desestabilización, ha vuelto a la carga, y perjudica a la ciudadanía en el proceso. Lo que queda claro es que, más allá de la legítima preocupación por el agua, este tipo de acciones desinformadas y con tintes políticos solo generan caos y molestia en la población.
Teresitas al 100
Gran despliegue se ha visto por parte de las cuadrillas municipales en la colonia Teresitas , a la que llegó el programa “Colonias al 100”, del alcalde Javier Díaz González.
Labores de bacheo, deshierbe, pintura de cordon cuneta y de pasos peatonales, se ven todos los días en ese sector. Debido al tamaño de esta colonia, que en número de habitantes supera a varios municipios, el gobierno de Javier Díaz en Saltillo prepara el arranque de la segunda etapa de este sector.
DMC
