
En Coahuila, la elección extraordinaria de jueces y magistrados no generará grandes cambios en el día a día del Poder Judicial. Con el magistrado Miguel Felipe Mery Ayup al frente, la estabilidad y eficiencia han sido la norma. Así que, aunque la jornada electoral del próximo domingo buscará renovar o ratificar algunos cuadros, el funcionamiento del tribunal seguirá su curso habitual. En resumen, en Coahuila, la justicia sigue funcionando como relojito, con o sin elecciones.
Cómputo blindado
A 48 horas de la jornada electoral extraordinaria en la que Coahuila renovará una parte del Poder Judicial, se aprobó el protocolo para recibir, identificar y remitir documentación electoral extraviada o mal canalizada, con lo que garantiza que ningún voto quede fuera del cómputo, incluso si aparece en el distrito equivocado.
Además, se validaron las actas de cómputo de los votos adicionales para la elección de magistraturas del Tribunal Superior de Justicia, del Tribunal de Disciplina Judicial, de los Tribunales de Distrito y de jueces de Primera Instancia.
Muy ordenado y muy formal el IEC, que preside Óscar Daniel Rodríguez, en vísperas de la elección más extraña y extraordinaria de la historia.
Modelo laboral
No es casualidad que Saltillo lidere los rankings nacionales en seguridad, competitividad y, ahora, formalidad laboral. El dato más reciente del INEGI confirma que la capital del sarape y el pan de pulque es la ciudad con mayor proporción de empleos formales en todo el país: 75.6 por ciento, lo que significa que 8 de cada 10 trabajadores cuentan con salario fijo, prestaciones y seguridad social. Un logro impensable en otros estados.
El alcalde Javier Díaz González atribuye este resultado al trabajo coordinado con el gobernador Manolo Jiménez Salinas, al compromiso de las universidades, la iniciativa privada, los sindicatos y la comunidad. Y no se equivoca. Saltillo entendió que la estabilidad económica y la certeza jurídica son condiciones para atraer inversiones y generar empleos dignos. Todos en el mismo canal, pues.
En la ruta
En la firma del Pacto Coahuila 2025, además del músculo empresarial y la presencia de los tres niveles de gobierno, hubo un actor que no pasó desapercibido: Tereso Medina Ramírez. El secretario general adjunto de la CTM a nivel nacional apareció como figura clave en un acto enfocado en blindar la estabilidad laboral del estado, y no pocos interpretaron su protagonismo como una señal directa de su lugar en la línea de sucesión del actual líder nacional cetemista, Carlos Aceves del Olmo. Si algo quedó claro es que Tereso se refrenda como representante del sindicalismo coahuilense y también gana terreno en la disputa por la dirigencia nacional de la central obrera más poderosa del país. La escena lo proyecta como aliado estratégico del gobernador Manolo Jiménez, y el cetemista con más respaldo en el tablero del sindicalismo nacional.
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