
Varias aerolíneas estudian introducir asientos tipo "sillín" (o vertical seating) a partir de 2026, un diseño que obligaría a los pasajeros a viajar en posición semierguida, similar a montar una bicicleta.
La medida, impulsada por fabricantes como Aviointeriors, busca aumentar la capacidad de pasajeros por vuelo y reducir costos operativos, pero ha desatado críticas por su impacto en la comodidad y la salud.
El diseño reduciría el espacio entre filas a menos de 60 centímetros (frente a los 75-80 cm actuales), permitiendo hasta un 20% más de asientos por avión. Sin embargo, estos no son reclinables, limitan el movimiento de piernas y carecen de soporte lumbar. Aunque inicialmente se plantean para vuelos cortos y low cost, expertos advierten que su adopción podría extenderse a rutas más largas si las aerolíneas priorizan ganancias sobre el confort.
La propuesta ha generado indignación en redes sociales, donde usuarios la tachan de "inhumana" y "claustrofóbica". Médicos especializados añaden que viajar en esta postura por horas aumenta el riesgo de trombosis, dolores musculares y problemas circulatorios.
A pesar de la polémica, ni la EASA (Europa) ni la FAA (EE.UU.) han rechazado formalmente el diseño, lo que deja la puerta abierta a su implementación si las aerolíneas presionan por su aprobación.
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