
Piedras Negras, Coahuila; 27 de mayo del 2025.- ¿Votar o no votar en la próxima “elección” judicial el próximo domingo 1 de junio? cuestionó el doctor Jesús Martín Cepeda Dovala.
La pregunta, en su aparente simplicidad, encierra una compleja encrucijada del alma democrática, dijo el exdirector de la UPN 053.
Votar cuando el proceso ha sido deliberadamente desfigurado y los contendientes seleccionados más por obediencia que por mérito.
Y cuando la urna se transforma en disfraz de legitimidad para una voluntad impuesta desde arriba, deja de ser un acto de libertad para convertirse en participación de un simulacro.
Pero, precisó Cepeda Dovala,
"no votar también es una elección”.
Desde el punto de vista filosófico, el acto público no de reduce a depositar una boleta.
La democracia, bien lo dijo Simone Well, es antes que forma de gobierno, un espíritu, un modo de estar en el mundo en el que la dignidad humana es el centro.
En contextos donde el proceso ha sido cooptado, la abstención consciente puede ser un grito sagrado, una negativa ética a legitimar lo ilegítimo.
Sin embargo, el ciudadano no debe retirarse al silencio de la desesperanza. No votar no significa desentenderse.
Significa resistir de otra forma. Significa informar dialogar, construir redes de conciencia, participar en otros espacios donde la justicia aún respire.
¿Debe entonces el ciudadano votar?. Sólo si su conciencia se lo permite, enfatizó el exdirector de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 053.
Pero si lo que le ofrece no es elección sino obediencia disfrazada, entonces abstenerse puede ser un acto de valentía, no de indiferencia.
Puede ser un gesto de gratitud hacia aquellos que, en otros tiempos, soñaron con una justicia sin mordaza.
Un rechazo amoroso a la mentira. Y una afirmación profunda de que el poder que no nace del pueblo, no es poder, sino teatro.
No es apatía lo que nos mueve, sino amor a lo verdadero.
Y mientras la urna se convierte en máscara, que no lo haga también nuestra voz.
¿Qué es más peligroso: Una ciudadanía que no vota o una que vota sin libertad?.
Porque el alma de un pueblo se mide no por su obediencia, sino por su capacidad de decir no cuando todos aplauden.
iZN