
Por FRANCISCO VARGAS M.
El novillero guanajuatense Andrés Origel, cortó dos orejas en “El Palacio del Arte” de Morelia, y avanzó a la gran final del ciclo novilleril, que se llevará a cabo el próximo 13 de diciembre en el mismo coso, donde actuarán también Bruno Aloi y Jesús Sosa. Por su parte el regiomontano Luis Garza no tocó pelo, debido a fallos con la espada.
Ante una buena entrada de aficionados, que fueron testigos de este interesante mano a mano, se jugaron cuatro novillos de la ganadería de El Saucillo, que cumplieron en presencia, destacando por su calidad, el segundo, tercero y cuarto; que recibieron palmas en el arrastre.
Luis Garza que vistió de turquesa y oro, con su primero que tuvo movilidad pero que volvía en un palmo de terreno, el joven norteño resolvió con solvencia y técnica. Tras varios pinchazos escuchó palmas de aliento.
Con el segundo de su lote, lo bregó con el capote y quitó de manera variada. Con muleta realizó tandas con pases largos, templados y mano baja, aprovechando las buenas embestidas del novillo. Lamentablemente estuvo una vez más errático con la espada, por lo que escuchó un aviso.
Andrés Origel ataviado de berenjena y oro, ante su primero estuvo lucido con capa. Muleta en mano sufrió una tremenda revolcada, quedando en golpes y el terno roto a la altura del glúteo izquierdo, sin pasar a mayores. Incorporado continuó toreando, logrando emotivas series por ambos lados que tuvieron calado. Pinchazo, estocada, y un descabello de descabello, recibiendo merecidas palmas.
Con el cuarto del festejo, se vio más asentado y con el mismo valor y entrega. Recibió al novillo a porta gayola, rodillas en tierra con una larga cambiada siguiendo con vistosos lances. Cubrió con facilidad el segundo tercio, invitando al sobresaliente Vladimir Díaz, siendo ovacionados ambos, agradeciendo la misma en el tercio. Con muleta aprovechó las francas y bravas embestidas del novillo, cuajando una faena artística y variada, misma que tuvo conexión, la cual remató de media estocada que surtió efectos inmediatos, concediéndole el juez de plaza una oreja, ante la fuerte petición del público otorgó la segunda; dando la vuelta triunfal acompañados de los ganaderos.
Dentro de las incidencias, el sobresaliente el novillero michoacano Vladimir Díaz hizo quites a todos los astados; y como lo mencionamos colocó un par de banderillas en el último ejemplar.
Al final del festejo, Andrés Origel recibió un capote de paseo, de manos de la empresaria Tomasina, presidenta de la Fundación Los Ángeles Taurinos, por haber sido el triunfador, saliendo
en hombros, llegando de esta manera triunfal el festejo; en el cual una vez más se confirmó como siempre que: “La grandeza del toreo es la bella creación del arte, en donde se pone en juego la existencia de la vida sobre la muerte”.
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