Por: Agencias
Nueva York, Estados Unidos; 05 de febrero.- El mundo del espectáculo está de luto, pues en la tarde de este lunes salió a la luz la noticia de la muerte de la vedette Gina Montes, a sus 80 años.
La bailarina de “La Carabina de Ambrosio” falleció en Nueva York tras perder la lucha contra el cáncer, así lo dio a conocer la periodista María Luis Valdés en sus redes sociales.
De acuerdo con Valdés, la vedette murió el pasado 27 de enero y hasta el momento no se han dado más detalles de su muerte.
Mientras tanto, algunas celebridades y fanáticos han expresado sus condolencias en redes sociales, donde también han recordado los momentos más icónicos de la artista en la televisión y los pasos de baile con los que conquistó al público.
¿Quién fue Gina Montes?
Nació en Brasil un 11 de enero de 1944, su nombre real fue Regina Inés Barbosa, su pasión por el baile la demostró desde temprana edad, pues se inspiró en su padre, quién fue músico y en su madre, que fue actriz de comedia y teatro,
A la corta edad de 7 años y en conjunto con sus hermanas, alcanzó la fama al formar un grupo infantil de baile, en el cual demostraron su talento.
Con una carrera satisfactoria en el baile, Montés viajó a México para buscar oportunidades y formó parte de un grupo que se presentaba en un club nocturno llamado “La Ronda”.
Tiempo después las puertas a la pantalla chica se abrieron para ella con el programa “Vamos a Cantar” con César Costa, el cual le ganó su lugar en el famoso programa “La Carabina de Ambrosio”, donde destacó por su belleza y habilidad para la danza.
En la cumbre de su carrera, se enamoró del músico Carlos Macías, quien estaba en el mismo programa que ella, el producto de su romance fue tener a su hija, Judith Teresa Macías.
Tras algunas complicaciones en su embarazo, se vio obligada a quedarse en Nueva York, lo cual le produjo problemas con su visa de trabajo en México, debido a esto perdió su oportunidad de retomar su carrera en el país.
Su vida dio un giro inesperado cuando sufrió un accidente automovilístico, en el cual casi pierde su pie, como resultado, tuvo que dejar el baile y adaptarse a nuevas circunstancias para cuidar de su hija.
"De ser bailarina y andar en tacones toda la alegría de mi vida se convirtió en una silla de ruedas, con una niña que tenía que criar. Con mis oraciones, mi fe y mi fuerza volví a caminar, fue una lucha muy grande (...) La vida no es belleza, dinero, es amor, es pasión, es ganas de salir adelante, no perder la esperanza. Un minuto de vida vale cualquier cosa”, dijo en entrevista hace algunos años.
Su vida es una historia de talento, resiliencia y determinación, la cual seguirá inspirando a muchas generaciones futuras.
Con información de: El Heraldo de México y Milenio
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