Por: Grupo Zócalo
Ginebra.- Con 140 periodistas asesinados, el año 2023 fue el más mortífero de los últimos 10 años, anunció hoy la Campaña Emblema de Prensa (PEC, por sus siglas en inglés) con sede en esta ciudad. Dos tercios de las víctimas se registraron en Medio Oriente, con casi un muerto por día en los últimos tres meses del año en Gaza, seguido por México, en donde tan solo en este año se registraron 9 asesinatos.
De los 140 trabajadores de los medios asesinados en 28 países, al menos 81 han sido asesinados en Gaza desde el 7 de octubre (106 según la Oficina de Medios de Gaza, las diferencias en las cifras se deben a diferencias en la calificación de la profesión periodística). Se trata de palestinos, la mayoría de los cuales trabajaban para varios medios de comunicación, incluidos medios extranjeros. Algunos de los periodistas asesinados murieron en sus hogares, junto con sus familias, víctimas de ataques israelíes indiscriminados, deploró PEC.
“Condenamos estos ataques indiscriminados que no diferencian entre civiles y combatientes de Hamás. Si bien es difícil verificar si los periodistas fueron atacados intencionalmente o no, el ejército israelí llevó a cabo la destrucción sistemática de los medios palestinos en Gaza bombardeando sus oficinas e instalaciones”, afirmó el presidente de la PEC, Blaise Lempen.
Se trata del mayor número de víctimas entre los medios de comunicación durante un conflicto en tan poco tiempo. La PEC también lamenta que el acceso de los medios extranjeros en Gaza siga siendo intransitable debido a las condiciones de seguridad, lo que impide una información independiente de las partes en conflicto.
Más periodistas asesinados en México que en Ucrania
Fuera de la franja de Gaza, 59 periodistas fueron asesinados en 27 países.
México “en donde la situación no mejoró” encabeza la lista con 9 muertos, asimismo, la situación empeoró en Guatemala con 5 muertos. Cuatro periodistas murieron en la guerra de Ucrania (1 italiano, 1 francés, 2 rusos), así como 4 en Israel durante el ataque de Hamás el 7 de octubre.
De acuerdo con la PEC en los últimos cinco años (2019 a 2023), los países más peligrosos para los trabajadores de los medios de comunicación han sido la Franja de Gaza (Palestina) con 81 muertos, por delante de México con 61 muertos y Ucrania con 39.
En 2023 también se registraron tres víctimas en Camerún, India, Líbano y Pakistán.
De la misma manera, hay que lamentar dos víctimas en los siguientes países: Afganistán, Bangladesh, Haití, Nigeria, Filipinas y Estados Unidos de América.
Finalmente, la PEC contabilizó un periodista asesinado en los siguientes países: Argentina, Canadá, Colombia, Egipto, Honduras, Lesoto, Mali, Mozambique, Paraguay, Ruanda, Somalia, Sudán y Siria.
Por regiones, en 2023 Oriente Medio ocupa el primer lugar con el 64% de los casos, o 90 muertes, por delante de América Latina con 20 muertes; Asia 12; África, 11; Europa, 4; y América del Norte, 3.
“La PEC condena enérgicamente todos estos ataques y envía sus condolencias a las familias y seres queridos de las víctimas. La ONG con sede en Ginebra pide que los responsables de estos crímenes comparezcan ante la justicia lo antes posible. En particular, la ONU debe investigar las circunstancias exactas en las que han muerto periodistas palestinos desde el 7 de octubre’’, remarca.
Aumentó 20% el número de víctimas en 2023
En comparación con 2022 (116 muertos), año marcado por el inicio de la guerra en Ucrania, el aumento del número de víctimas es de poco más del 20%. En 2012, el año más mortífero desde principios de siglo, 141 periodistas fueron asesinados (incluidos 35 en la guerra en Siria).
Entre 2019 y 2023 otros lugares peligrosos en el mundo para ejercer el periodismo han sido: Pakistán con 32 muertos, India 31, Afganistán 29, Filipinas 19, Honduras 14 y Siria también 14, luego Haití 12 y Somalia 10 muertos.
En los últimos diez años (de 2014 a 2023), 1.147 trabajadores de los medios han sido asesinados o 2.2 por semana en promedio, remarca PEC.
“La PEC considera en sus estadísticas a todos los periodistas asesinados, esté o no relacionada su muerte con su actividad profesional. De hecho, es difícil demostrar que se ha cometido un delito en relación con el trabajo de un periodista sin una investigación independiente y completa, que a menudo falta’’, remata.
madpf