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El arriesgado cortejo de el águila calva

Su vida amorosa es de lo más tradicional, sin embargo el ritual del cortejo implica una actitud mucho más arriesgada

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Estados Unidos.- Los pigargos americanos (Haliaeetus leucocephalus), o águila calva, son un ejemplo de decoro, pues son monógamos por naturaleza y se emparejan para siempre, a no ser que la pareja muera demasiado pronto. Año tras año, la mayoría regresa al mismo nido.

Otras aves también clasificadas como monógamas pueden tener otras parejas, pero no es el caso del pigargo americano. Sin embargo, en lo que se refiere al cortejo, esta ave rapaz bien merece el calificativo de salvaje.

La maniobra que muestra esta fotografía, una especie de pirueta mortal en tirabuzón, es "el más espectacular de los rituales de cortejo", afirma el ecólogo David Buehler, de la Universidad de Tennessee. "Las dos aves ascienden a gran altura, entrelazan las garras y luego se dejan caer, haciendo piruetas, hacia el suelo." Antes de tocar tierra se sueltan, aunque no siempre lo consiguen.

En 2014 dos ejemplares adultos con las garras enredadas aparecieron entre las ramas de un árbol en Portland, Oregón. (Al rato se liberaron y huyeron volando). Esta exhibición de cortejo podría ser un modo de "evaluar la condición física de tu pareja" y despertar en ella el deseo de apareamiento, explica Buehler. "Es como salir a la pista de baile cuando uno baila muy bien." Existe un cierto riesgo, ya que la pirueta puede acabar en una colisión fatal.

"Se trata de un interesante dilema –apunta Buehler– entre tener éxito con una pareja y garantizar tu propia supervivencia."

Con información de National Geographic España

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