
La pandemia tuvo un impacto en los suicidios en México, con números importantes entre los menores de edad. ¿Dónde radicó el cambio?
Por: AgenciasCiudad de México.- Las primeras noticias provenientes de China sobre un nuevo virus parecían lejanas para América y México; mientras el país celebraba el final del aí±o 2019 y la gente hacía planes de como vivir el inicio de una nueva década, el COVID19 tomaba una fuerza que muy pocos entendieron el alcance que tendría hasta hoy en día en nuestras vidas.
La pandemia trajo un cambio en las personas que por primera vez en el último siglo se vieron sometidos a una fase de encierro obligatorio para evitar un contagio por el nuevo coronavirus.
Pero mientras el sistema respiratorio estaba a salvo, existían otras preocupaciones que atacaban la salud mental, un tema del cual aún falta por avanzar.
âEn esta época de contingencia de ya más de 17 meses vemos que las personas se han enfrentado a diferentes factores que afectan a su salud mental y que, en ese sentido, presentan cuadros de angustia, desesperación, ansiedad, momentos de mucho miedo, cuadros de depresión, de tristeza.
âSi esas afectaciones no se saben manejar se van sumando a otras (como violencia, maltrato, violación, pérdida de una persona que sirve como apoyo) hasta que la persona se identifica sola, sin ninguna alternativa para darle respuesta a un dolor emociona que está sintiendo y es cuando llegan a considerar la opción del suicidioâ, explicó Ruth Delgadillo, sicóloga y parte de la línea de ayuda de la asociación Confianza e Impulso Ciudadano.
Datos recientes del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) demostraron que en 2020 el número de suicidios creció en el país, una tendencia que ha sido así en la última década con la excepción de dos aí±os. En 2010 la cifra era de 5,012 mientras que en 2020 pasó a 7,896.
En los últimos 20 aí±os la tasa de suicidio disminuyó en casi todo el mundo, el continente americano es una excepción con un crecimiento del 17 por ciento en el mismo periodo de tiempo según datos de la Organización Mundial de la Salud.
En México, a diferencia de los nueve aí±os anteriores, el primer aí±o de la pandemia se contabilizó el segundo mayor crecimiento pasando de 7,223 de 2019 a 673 casos adicionales. Ese número solo es superado por el aumento de 706 decesos entre 2010 y 2011 (5,012 contra 5,718). ¿En qué radicó esta modificación? Una parte importante estuvo en la dinámica dentro de los hogares mexicanos.
âSabemos que había familias que solo se veían por la noche antes de la contingencia, que llegaban de sus actividades e interactuaban un tiempo, pero durante la pandemia tuvieron que aprender a conocerse y convivirâ.
âPero también había casos que al encontrarse conviviendo más tiempo juntos podía llevar a expresiones violentas, desde la parte sicológica hasta la parte físicaâ, seí±ala la también sicóloga.
La presión a la salud mental no solo estaba ligada a un maltrato físico o verbal, sino también al riesgo de ser contagiado por COVID19 que se generaba en algunos individuos, una tónica que se notó especialmente durante los primeros meses de la emergencia sanitaria cuando la información por el comportamiento del virus era casi desconocida.
âLas personas nos hablaban por la ansiedad, por la angustia que sufrían por el hecho de que tenían que salir de casa y tenían que enfrentarse a lo público para llegar a sus trabajos y el temor al virus. Había casos donde este temor incluso estaba dentro del hogar y tenían miedo de salir de sus cuartosâ.
Los menores de edad, un grupo afectado, pero no el único
Durante el periodo de pandemia de los más de siete mil casos, 1,500 correspondieron a menores de edad para un 14.5 por ciento del total, una cifra que nunca se había visto. El INEGI contabilizó que en 2018 ocurrieron 641 fallecimientos entre personas de 10 a 17 aí±os, lo que significó un 10 por ciento en los números de ese aí±o.
Ahora, en las cifras de 2020 de los 1,500 menores 278 estaban en el rango de los 10 a los 14 aí±os.
Con estos números basta preguntar ¿qué cambió en la pandemia para tener un crecimiento importante?
âAntes de la pandemia, si los nií±os salían a la escuela estaban menos expuestos a una situación de violencia, pero ahora con el encierro estaban más tiempo expuestos en una situación de mayor vulnerabilidad porque no podían salir, distraerse, contárselo a alguienâ, remite la sicóloga.
En la línea de asistencia de Confianza e Impulso Ciudadano notaron que el grupo que requirió más ayuda tanto en llamadas telefónicas como en canales digitales (Whatsapp) estaba entre los 11 a los 30 aí±os, adolescentes y adultos jóvenes, personas en crecimiento y desarrollo de su entorno social.
âTenemos que observar que en las personas adultas jóvenes, muchos de ellos eran personas que estaban en ese proceso de consolidar proyectos, sus trayectorias académicas, sus ingresos a espacios laborales, intentando la estabilidad de construir una familiaâ.
âEn adolescentes afectó el no poder ver a sus amigos o amigas, de no poder hacer lo que queríanâ.
âCon la pandemia y con las diferentes circunstancias que se fueron presentando hicieron difícil la estabilidad laboral, la continuidad con los estudios, los proyectos personales, incluso llevaba a rompimientos de relaciones de pareja o conflictos con la familiaâ.
Un problema que aún no se acaba
Mientras los centros comerciales reciben cada vez más personas y las escuelas en México han iniciado un ciclo escolar presencial para quienes lo deseen, Ruth Delgadillo considera que al igual que los efectos de la pandemia el tema de los suicidios no ha quedado atrás bajo la nueva normalidad, por lo que se debe mantener atención y estar alertas a cualquier manifestación que pudiera llevar a un terrible desenlace.
âCreo que esto va a continuar porque la pandemia trajo muchos procesos de adaptación y seguimos en ellosâ.
âSi bien es cierto que nií±as y nií±os ya querían estar con sus amigos en la escuela, nos enfrentamos al tema de la convivencia. Con los sistemas híbridos (de asistencia a la escuela, pero también combinado con educación en casa) habrá la posibilidad de que se mantengan los riesgos de violencia en casa en algunos casosâ.
Ante esta situación, el mayor consejo de Castillo es solicitar ayuda a las instancias correspondientes, pero también notar cambios y signos de alerta, desde frases hasta comportamientos que denoten una actitud suicida en una persona.
âSi bien (el suicidio) es una opción totalmente consciente, es cierto que las personas buscan una respuesta y la forma de seguir viviendo, pero llega el momento del cansancio físico, mental, emocional y es cuando aparecen estas ideas tambiénâ, finalizó.