
Siete aí±os después detuvieron a Michael Gargiulo, un técnico de aire acondicionado de 45 aí±os que, por aquel entonces, vivía cerca de la mujer
Por: AgenciasEstados Unidos.- Ashton Kutcher, que por aquel entonces ya se había hecho un nombre en Hollywood, había quedado para salir con su novia, Ashley Ellerin, una estudiante de diseí±o de moda de 22 aí±os. Pero sus compromisos laborales le retrasaron dos horas y, aunque llamó para avisar del retraso, no le cogió el teléfono.
Cuando llegó al domicilio de la joven en Los íngeles, ya era tarde. Nadie le abrió la puerta. Pensó que se habría ido, enfadada por la tardanza. A la maí±ana siguiente su cuerpo fue hallado sin vida por su compaí±era de piso. Le habían asestado 47 puí±aladas en el cuello, espalda, pecho y estómago.

Siete aí±os después detuvieron a Michael Gargiulo, un técnico de aire acondicionado de 45 aí±os que, por aquel entonces, vivía cerca de la novia del intéprete. Tras aí±os de larga espera en los que el propio Kutcher tuvo que testificar en el juicio, el juez de la Corte Superior del condado de Los íngeles acaba de sentenciarlo a muerte.
Además de Ellerin, el conocido como «El destripador de Hollywood» asesinó también a Maria Bruno en diciembre de 2005 y, tres aí±os más tarde, lo intentó con Michelle Murphy, de 26 aí±os, pero fracasó. Precisamente al no haber podido terminar con la vida de esta última, pudieron atraparle. Tiene también otro juicio pendiente en Illinois por el asesinato en en 1993 de Tricia Pacaccio, de 18 aí±os.
Su «modus operandi» era siempre el mismo. Primero las elegía en su propio vecindario, fingía un encuentro casual con ellas para conocerlas, las acechaba durante semanas y después entraba en sus casas.
Más de 100 testigos
En mayo de 2019 le declararon culpable de ambos asesinatos y del intento frustrado después de que más de 100 testigos declarasen en el juicio. Fue clave, además del testimonio de Michelle Murphy, el de Asthon Kutcher, que llegó a reconocer subido al estrado que antes de marcharse de la casa aquella noche vio a través de uno de los cristales manchas rojas en el suelo pero pensó que se trataba de una copa de vino tinto derramada. «La cagué. Asumí que ella habría salido porque yo había llegado tarde y que estaría enfadada conmigo», dijo.
Michael Gargiulo aseguró en todo momento ser inocente y culpó a sus abogados de impedirle defenderse durante el juicio. «Voy a ir al corredor de la muerte injustamente», dijo antes de que el juez le sentenciara.