
La masacre se supo hasta febrero de 2014 con la publicación de un texto del periodista mexicano Diego Osorno.
Por: Grupo Zócalo
Ciudad de México.- âAllende representa la pesadilla que nos podría ocurrir a cualquieraâ en México, dice la escritora Fernanda Melchor. âEs el colmo del horror y la impunidadâ.
Melchor se refiere a lo que sucedió el 18 de marzo de 2011, cuando un grupo de los zetas entró a la ciudad de Allende, Coahuila, y asesinó a cientos de personas.
La masacre se supo hasta febrero de 2014 con la publicación de un texto del periodista mexicano Diego Osorno, y en 2017, la periodista estadounidense Ginger Thompson publicó un reportaje titulado âAnatomía de una masacreâ que describió el papel de la DEA en la matanza y recopiló voces de las víctimas.
El productor James Schamus, de la mano de Fernanda Melchor y la guionista Monika Revilla, retomó este reportaje para crear Somos, una serie de seis capítulos que se estrenará el próximo 30 de junio en Netflix.
âAsesinaron brutalmente a cientos de personas y nadie se enteró. Pasaron aí±os antes de que se publicara algo al respecto. Aí±os de silencio con una masacre de ese tamaí±o es inauditoâ, seí±ala Monika Revilla a Animal MX.
En 2021 esa masacre cumple 10 aí±os.
La historia de las víctimas importan más que las de los verdugos
Para contar esta historia, el director, guionista y productor James Schamus -conocido por una larga trayectoria en el cine con producciones como Brokeback Mountain y Crouching Tiger, Hidden Dragon- compró los derechos del reportaje de Thompson, entró a clases intensivas de espaí±ol y buscó a un grupo de mujeres mexicanas para contarla de la manera más cercana, realista y respetuosa posible.
Fernanda Melchor, dice Schamus, âes una voz única y poderosa en la Literatura mexicanaâ, y reconoce su capacidad de crear personajes complejos, vivos, humanos, repletos de claroscuros, como la vida misma. Esta habilidad se nota desde las primeras páginas de sus novelas Temporada de huracanes y Páradais.
Y aunque ni Schamus ni Melchor tenían experiencia en televisión, Monika Revilla fue la persona que aportó la experiencia y el ritmo en la sala de escritores, pues escribió series como Malinche, Alguien tiene que morir, La casa de las flores y la película El baile de los 41.
Al leer la pieza completa de Thompson, Schamus se dio cuenta que las personas más valientes al dar sus testimonios, las que se esforzaron para que este suceso no quedara en el olvido y se encontrara a los responsables, fueron las mujeres.
Por ello, la voz de las mujeres es fundamental en Somos, tanto detrás como al frente de las cámaras.
âEn las narrativas tradicionales del narco, los hombres son siempre los que cuentan las historiasâ, dice Schamus. Y no solo eso. Las historias casi siempre giran alrededor de los victimarios, sus vidas glamorizadas, los fajos de dinero y las armas, mientras que las víctimas se desvanecen en la trama espectacular.
Tanto Schamus, como Melchor y Revilla buscaron que Somos contara las historias cotidianas de la gente de Allende en lugar de glorificar las figuras de los capos involucrados.
Y no fue fácil.
Fernanda Melchor explica que uno de los principales retos fue pensar cómo contar la historia âsin perder de vista que esto fue algo que le pasó a muchas personas; que gente desapareció, fue asesinada y los familiares aún hoy viven con esa tragedia y el recuerdoâ.
Porque esto no solo es una historia de ficción, es una historia basada en algo que sucedió.
âEl valor de la serie es reflejar la sensación real de vivir en un estado de violencia. No es como a veces se ficcionaliza, exagerándolo demasiadoâ, dice Monika Revilla.
Así, en Somos, vemos y conocemos las historias cotidianas de Paquito, Doí±a Chayo, Irene, Nancy y más hombres y mujeres cuyos personajes fueron creados con base en los audios del trabajo de Ginger Thompson, historias que desembocan en un final que ya se conocen.
DATOS CURIOSOS DE SOMOS
â La serie se grabó principalmente en Durango, pero también en los municipios Gómez Palacios, Canatlán y Nombre de Dios; en Torreón, Coahuila, y Los íngeles, California.
â Además de contar con un reparto de actores y actrices profesionales como Mercedes Hernández o Everardo Arzate, Schamus también reclutó a actores y actrices no profesionales -o naturales- para dar realismo a la historia. Los encontraron en Durango y el municipio de Canatlán.
â James Schamus no compartió con el equipo el destino final de los personajes, sino hasta que ya habían terminado de escribir la historia. Lo hizo para que nadie del equipo los tratara de manera distinta o âcomo peones en esta historia de violenciaâ. ¿El resultado? Sorpresa absoluta.
â El final de la serie está basado en un testimonio. âSon contadas las veces en que se me han salido las lágrimas leyendo algo y esta fue una de ellasâ, revela Melchor.
Información por Animal Mx