
Se examinó la bravura de 12 vacas.
Por FRANCISCO VARGAS M.
Aguascalientes.- Teniendo como escenario el tentadero âFernando Lomelíâ de la ganadería zacatecana de D´Guadiana, propiedad del ingeniero coahuilense Armando Guadiana Tijerina, se llevó a cabo una extensa e interesante tienta, misma que le caracterizó la armonía taurina, musical y poética.
En esta positiva tienta en la dehesa divisa color verde, blanco y rosa, tomaron parte los matadores de toros Israel Téllez, Arturo Macías y Fermín Espinosa âArmillita IVâ, quienes tentaron un total de 12 vacas, destacando entre ellas la 54-7, 25-9, 33-T, 42-D, 10-T, 92-U, 4-T; mismas que ofrecieron embestidas de gran calidad, clase, nobleza y fijeza; permitiéndoles a los diestros actuantes, realizar estupendas y artísticas faenas con el estilo, sello y tauromaquia personal de cada uno de ellos; participando también el novillero con caballos aguascalentenses Rafael Reynoso, los aspirantes a novilleros Carlos Luévano y el lagunero Juan Manuel Ibarra, así como el principiante Luis Garza; quienes también tuvieron la oportunidad de trazar muletazos de buen contenido y seguir afinando su técnica; siendo el encargado de hacer la suerte de varas, el excelente picador José de Jesús Prado, quien estuvo efectivo y
certero. Cabe mencionar que fiel a su afición y gusto por la fiesta brava, Armando Guadiana hijo, en esta ocasión toreó un becerro que fue noble y obediente, mostrando notables avances el entusiasta joven y amigo.
Para poner ese toque de armonía, el maestro Fernando Ibarra, declamó varias poesías con el sentimiento que le caracteriza y atesora, mientras que el propio ganadero Armando Guadiana Tijerina cantó varias melodías que fueron del agrado de todos los presentes.
Para concluir esta agradable tarde en el campo bravo zacatecano, el anfitrión ofreció una rica comida a los toreros e invitados especiales, entre ellos el matador y ganadero Fermín Espinosa Menéndez, Luis Nií±o, y el novillero Diego Garmendia; quienes agradecieron todas las atenciones del ganadero Armando Guadiana, también a los integrantes de su equipo en dicha dehesa, entre ellos su administrador y buen amigo Héctor Saucedo; confirmando todos una vez más que: âLa grandeza del toreo es la bella creación del arte, en donde se pone en juego la existencia de la vida sobre la muerteâ.