
De esa misma casa se fue su anterior esposa, quien también fue víctima del maltrato, lo denunció ante la policía, y optó por abandonarlo.
Por: AgenciasChihuahua.- Omar Ortega, dicen los vecinos era un hombre violento. De esa misma casa se fue su anterior esposa, quien también fue víctima del maltrato, lo denunció ante la policía, y optó por abandonarlo.
Quienes sabían del maltrato habían aconsejado a Angelica que lo dejará: âNo seas 'pendeja' déjalo, lo más importante son tus criaturasâ, le dijeron en varias ocasiones, comentó ayer una de las vecinas. Pero creen que Angelica no tomaba esa decisión porque no tenía una casa a donde ir. Omar agredió a Angélica el pasado 27 de abril, y en la pelea, también resultó afectado su hijo Tavo, pues intentó defenderla. Vecinos de la víctima cuentan que esa noche, mientras Omar atacaba a madre e hijo, la pequeí±a Mayra salió de su casa asustada y pidiendo ayuda. âOmar le gritaba desde adentro. Mayra te habla tu mamá, dice que vengasâ, narró la vecina que abrazó y calmó a la pequeí±a. Derivado de aquella agresión en la que él intentó asfixiar al nií±o, Angélica puso una denuncia ante la Fiscalía y se fue a vivir con un hermano que habita en la misma colonia, pero Omar la buscó de nuevo y terminó por convencerla de volver con él. âLe dijo que se quedara con la casa para que no batallara, ella aceptó y él se fue, pero poco a poco empezó a meterse otra vez, hasta que le levó el coco a Angie y se quedóâ, explicó Gabriela. La madre de los nií±os comenzó a laborar en marzo a la maquila Mayser, lugar en donde se desempeí±a como operadora.Y anteriormente estuvo en otros trabajos, pero no se quedaba de forma permanente. âíl la sacaba de trabajar, la espiaba y la celaba muchoâ, contaron. El domingo por la noche, Angélica llegó a su casa y no encontró a sus pequeí±os hijos, por lo tanto salió a buscarlos por la colonia. Estuvo acompaí±ada todo el tiempo por Omar, pero cuando llegaron agentes de la policía para participar en la localización de los menores, ella salió y Omar aprovechó el momento para huir, según comentaron ayer testigos. Dicen que le dejó una nota, donde expresaba que no querías problemas con el padre biológico de los nií±os ni con ella, y por eso es que decidía irse. Pero más tarde, una agente de la policía que participaba en la búsqueda le preguntó a Angélica: âya revisó en el patio?â. Ella contestó que sí. La agente le pidió le permitiera ingresar para revisar de nueva cuenta, y al mover una pila de âtilichesâ localizados en un rincón encontró los cuerpos de los nií±os, envueltos en cobijas. La mejor vida que hace dos aí±os y medio Angélica esperaba al llegar a la casa número 1543 de la calle Monte Carmelo, de la colonia Atenas, jamás llegó.