WhatsApp
Pronostico del tiempo
Puentes Internacionales
Twitter
Instagram
YouTube
Facebook

+

Cuatro poemas para celebrar el Día Mundial de la Poesía

Hicimos una pequeña selección de los poemas que hemos publicado en las páginas de Laberinto.

  • 415

Hicimos una pequeí±a selección de los poemas que hemos publicado en las páginas de Laberinto.

Por: El Milenio 

El Dí­a Mundial de la Poesí­a se celebra el 21 de marzo de cada aí±o desde 1999 para celebrar una de las formas más valiosas de la expresión lingí¼í­stica, cultural y de la identidad.

La poesí­a, practicada a lo largo de la historia en cada cultura y cada continente, habla a nuestra humanidad común y a nuestros valores compartidos al transformar las simples palabras de los poemas en poderosos catalizadores para el diálogo y la paz.

En Laberinto cada semana publicamos un poema distinto; aquí­ reunimos algunos de nuestros favoritos:

Nepantla es un instante…, de Elsa Cross

Nepantla es un instante

donde ronda la muerte

Crece

hacia un tacto silencioso

hacia el centro del sueí±o

Aguarda

y se disipa

 o se aglomera en espacios huidizos Nepantla entre la luz y el párpado entre el blanco y la flecha entre el pez volador y la gaviota Nepantla entre los dí­as y su cuenta— Ah sombra de la memoria danzando en las alfombras verdes del estí­o El mar de abajo, de Jorge Bustamante Garcí­a No sé qué podrí­a escribir en esta tarde extensa como el mar de abajo. El avión se balancea un poco, regurgita vací­os de instantes imposibles, parece detenerse sobre un montí­culo de aire que solo aspira al rocí­o raro de la noche. Yo miro por la ventana de mí­ mismo, vislumbro otros vuelos, otros aí±os, otros dí­as, unos rostros sonrientes y tristes que se agolpan en otras despedidas. Contemplo cómo se desmoronan las imágenes de tantas cosas que se quedaron quietas danzando casi en el sonido lluvioso cual fantasmas aterrados. Y ahora salgo de esa ventana de mí­ y solo veo otra vez el avión que regurgita y esta tarde extensa como el mar de abajo El mar de abajo, de Jorge Bustamante Garcí­a No sé qué podrí­a escribir en esta tarde extensa como el mar de abajo. El avión se balancea un poco, regurgita vací­os de instantes imposibles, parece detenerse sobre un montí­culo de aire que solo aspira al rocí­o raro de la noche. Yo miro por la ventana de mí­ mismo, vislumbro otros vuelos, otros aí±os, otros dí­as, unos rostros sonrientes y tristes que se agolpan en otras despedidas. Contemplo cómo se desmoronan las imágenes de tantas cosas que se quedaron quietas danzando casi en el sonido lluvioso cual fantasmas aterrados. Y ahora salgo de esa ventana de mí­ y solo veo otra vez el avión que regurgita y esta tarde extensa como el mar de abajo

Caballo en fuga, de Marco Antonio Campos

No tuve casa o quedó borrada en hierba, arena u hojarasca del camino. Para sobrevivirme llevé las pisadas con sigilo y seguí­ en Finisterre el vuelo de la golondrina azul Es sábado de septiembre del ‘18 del milenio. Es la hora del ahogo en que me acuerdo.Vaya lluvia. Vaya diluvio en el verano a solas de Ciudad de México. Aquí­ hubo una laguna color de jade. Hace siglos la ciudad se hunde. Y más: por los desfiladeros se precipita el paí­s, un gran paí­s, pero ajeno al bien y a la ternura. ¿Yo? Yo comprendí­ que la desdicha es menos azar que una tarea. Y a veces me dio por escribir canciones
Publicación anterior ¡Alerta! Quedan entre 10 y 15 vaquitas marinas en México
Siguiente publicación Peña Nieto y su novia Tania Ruiz protagonizan portada de revista
Entradas relacionadas
Comentarios
  Estaciones ;