El agua se ha convertido en el bien más preciado de Filipinas.
Por: Agencias
Manila, Filipinas.- Las consecuencias de la sequía alcanzaron la capital del país y las provincias aledaí±as, donde los vecinos empezaron a hacer largas filas para conseguir botellas de agua para su uso personal.
Manila Water, uno de dos abastecedores autorizados por el Gobierno, anunció que 6.8 millones de personas sufrirán un corte total del suministro de agua durante varias horas diarias hasta mayo, cuando se espera que se inicie la época de lluvias y los embalses se llenen.
La empresa explicó que, además de un pico en la demanda, los efectos climáticos del fenómeno El Nií±o provocaron una sequía sin precedentes en el país.
El nivel de agua de la presa de La Mesa, principal abasto de líquido del área metropolitana de Manila, se situó en el punto más bajo de los últimos 21 aí±os, por debajo de la cota crítica de 69 metros.
A pesar de que Manila Water intentó hacer frente a esta situación reduciendo la presión del agua, este método fracasó porque en algunas comunidades elevadas no llegaba a las casas.
Las interrupciones en el servicio, que pueden durar entre seis y 21 horas al día, se han perfilado, hasta ahora, como la mejor solución.
"El concepto es que todo el mundo comparta la carga. Nadie quiere que esto suceda. El bienestar de nuestros clientes es lo más importante en nuestras mentes y estamos dando pasos para mitigar la situación", dijo Jeric Sevilla, portavoz de la compaí±ía.
Por otro lado, el Gobierno planea empezar este fin de semana operaciones de siembra de nubes para inducir lluvia artificial en dos provincias al norte del país.
En la ciudad de Mandaluyong, una de las más afectadas, los residentes formaron filas durante horas con baldes y jarras para recibir agua de camiones cisterna de bomberos.
"No tenemos agua. Ha pasado una semana, ni una gota", aseguró el vecino Richie Baloyo.
"La gente tiene que trabajar. ¿Cómo esperan que recojamos agua de esta manera?", aí±adió.
Además, muchos negocios como lavacoches y lavanderías cerraron temporalmente, mientras que en algunos restaurantes se empezaron a utilizar platos de cartón o vajilla cubierta de plástico.
Los efectos de la sequía también afectaron directamente a la economía. En total, se calculan pérdidas de 80 millones de dólares el sector de la agricultura desde enero.
Asimismo, 13 mil 679 hectáreas de terreno agrícola se vieron afectadas por la sequía, de los cuales un 80 por ciento corresponden a cultivos de arroz, el alimento básico en la dieta de los filipinos.