
Durante la protesta los migrantes, que eran alrededor de unos 40, empezaron mover la valla buscando tumbarla mientras gritaban que querían salir.
Por: Orquídea López Allec
Piedras Negras, Coah.- Gritos de hombres y mujeres llamaron la atención en el momento en que se subía a migrantes a un autobús, quienes por petición propia los llevaban a otras fronteras y ciudades.
Las actividades en el albergue de migrantes se realizaban con orden, nií±os y jóvenes jugando futbol, mientras algunos otros se daban de alta en la bolsa de trabajo que llevaron diferentes empresas.
Pero un grupo permanecía en la valla reclamando que se les dejara salir. A lo que los elementos de Fuerza Coahuila y del Instituto Nacional de Migración les explicaban que lo harían con orden posterior a que saliera el autobús que permanecía adentro.
Casi a las 13:00 horas, el reclamo cobró fuerza, los migrantes, que eran alrededor de unos 40, empezaron mover la valla buscando tumbarla, mientras gritaban que querían salir.
Los migrantes, algunos de ellos tapados de la cara empezaron a aventar las sillas, botellas de agua y diversos objetos que portaban, a los policías que intentaban calmar los ánimos hablándoles y agarrando los objetos para evitar que estos fueran a daí±ar a alguien.
Visiblemente enojados, algunos padres de familia se alejaron del disturbio y compartieron a la prensa que quienes incitaban a la violencia no es toda la caravana, que son solo algunos hombres y sus mujeres que no han querido hacer su visa humanitaria porque al parecer tienen problemas legales en sus países natales.
La valla fue tumbada. Se pudo observar entre los que grababan con su celular el disturbio, a una mujer que desde el segundo día se quejaba e incitaba a los demás migrantes a quejarse, Giovana Chica.
La mujer hondureí±a en el segundo día del albergue dijo que vivía desde hace 11 aí±os en Tamaulipas y solo había llegado por su hermano que venía en la caravana, pero que no lo dejaban salir.
Las unidades de salud que permanecían en el interior empezaron a ser violentadas, y personal que se encontraba adentro, así como visitantes salieron de inmediato para resguardarse.
Posteriormente, el secretario de Seguridad en el Estado, José Luis Pliego Corona, acompaí±ado de algunos elementos de Fuerza Coahuila, entró para establecer diálogo, mientras algunas familias y hombres solos desde lo lejos veían la situación y preferían no acercarse a quienes hacían reclamos y disturbios.
La hora de la comida llegó, y los ánimos se calmaron tras el regreso al albergue de algunos migrantes que habían sido detenidos en el momento por agredir a los oficiales.
Autoridades accedieron a llevar a algunos de los migrantes que se quejaban a Ciudad Acuí±a en un autobús verde.
Mujeres, nií±os y hombres migrantes que no participaron en los disturbios, se empezaron a formar para recibir los alimentos al dar las 14:00 horas.
La inconformidad y miedo de muchos migrantes es que quienes realizan los disturbios, son quienes al interior les han robado algunas pertenencias y protagonizan pleitos, donde incluso una migrante mostró que su pequeí±o hijo de dos aí±os de edad se vio afectado al caerle un hombre en el interior de los dormitorios.