
El fenómeno astronómico podrá apreciarse los próximos 20 y 21 de este mes y tendrá una duración de 3 horas con 17 minutos
Ciudad de México.-Â El primer eclipse lunar del aí±o se podrá observar, desde el territorio nacional, los próximos días 20 y 21 de enero. Se trata de un eclipse total de luna, que tendrá una duración de tres horas con 17 minutos, informó el astrónomo yucateco Eddie Salazar Gamboa.
Gamboa explicó en entrevista que el eclipse abarcará la noche del próximo domingo 20 y parte de la madrugada del lunes 21.
El fenómeno astronómico comenzará 21:33 horas, y por ende, también inicia la parcialidad, el eclipse total lunar iniciará 22:40 horas y terminará a las 23:43 horas, período en el cual el satélite natural estará en el cono de sombra que proyectará la Tierra.
âLa totalidad durará 62 minutos, y el eclipse tendrá su máxima a las 23:13 horas. Durante este momento, Selene tendrá el característico color ocre, tonalidad que le da la atmósfera al absorber la luz azul y dejar pasar la rojaâ, apuntó.
Posteriormente, comenzará la segunda fase de parcialidad, la cual concluirá a las 0:50 horas del próximo lunes 21, y por ende, se acaba el eclipse.
El también académico del Instituto Tecnológico de Mérida (ITM) aí±adió que la Luna estará en su fase de llena a las 23:17 horas del domingo 20, y estará en su perigeo, a las a las 15 horas del lunes 21, a una distancia de 357 mil kilómetros.
âNo es una superluna, debido al desfasamiento de casi 16 horasâ, subrayó al establecer que en este aí±o no habrá este tipo de acontecimientos astronómicos.
Recordó que el anterior eclipse total de luna visible sucedió el 31 de enero de 2018, y aunque el 27 de julio de dicho aí±o ocurrió otro, éste no se vio en México.
El también profesor emérito de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) reconoció que aún prevalecen numerosos mitos relacionados con los eclipses y para los mayas antiguos, se creí que la luna era devorada por un jaguar.
âPara los mayas precolombinos, era notable el temor que le tenían a los eclipses, y aunado a su obsesión por el tiempo, el espacio y el conocimiento, elaboraron una tabla para el pronóstico de estos sucesos, en el Códice de Dresde, la cual aún funciona en estos tiemposâ, finalizó.