
Los Diablos Rojos carecían de posesión, pero se aferraron al desborde de Rashford, Anthony Martial y Jesse Lingard; los tres intercambiándose posiciones arriba. Solskjaer prescindió de un 'nueve' y dejó que el tridente se moviese a su antojo por la línea ofensiva.
Pasados los treinta minutos, el Tottenham se echó para adelante y tuvo, por medio de Kane, el gol en varios barullos en el área, pero la colocada defensa roja los desvió.
Un tanto anulado a Kane, por posición de fuera de juego tras cabezazo de Alli, precedió a la jugada que cambió los planes londinenses. Moussa Sissoko se rompió muscularmente en una carrera por la banda y Erik Lamela tuvo que sustituirle.
Con el descanso en la mente de todos, Pogba, revitalizado bajo el mando de Solskjaer abrió una contra con un pase en largo a Rashford, que se encargó de cerrar la primer parte y el primer gol, con un derechazo cruzado ante Lloris.
Los Diablos perdonaron y Alli también, encontrándose en una contra llevada maravillosamente por Eriksen y Kane, con el muro de De Gea. Su pierna derecha, hincada en el suelo, evitó el empate, como lo volvería a hacer, esta vez con la zurda, en un remate de Alderweireld en el primer palo a la salida de un córner.
El Tottenham acabó el encuentro con Fernando Llorente, Kane, Lamela, Son y Alli sobre el campo y ni aún así pudo contrarrestar las once paradas de De Gea, convertido en el héroe de un United que suma seis victorias consecutivas desde que se fue José Mourinho y que es sexto de la tabla empatado a 41 puntos con el sexto, el Arsenal.