
'Habla mucho de su percepción del control, de sentirse superior, porque lo que en realidad debe sentir es una inferioridad impresionante'
EXCELSIOR CIUDAD DE MíXICO.- La violencia extrema infligida por seres humanos es irracional. Lo que pasó con el vídeo que se viralizó hace unos días en redes sociales, en donde se ve como un hombre acuchilla y mata a un perro en Piedras Negras, Coahuila, es prueba clara de ello.
Quienes reprodujeron la escena se indignaron por la frialdad y determinación con que el sujeto âinicialmente identificado como un trabajador de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), quien luego salió a dar declaraciones afirmando que no se trata de élâ le entierra una navaja a un perro que se le acerca confiadamente.
Sea cual sea la identidad, su conducta nos resultó incomprensible. Hablamos con especialistas para que nos ayudaran a comprender qué debe haber en la conformación psíquica de alguien para ser capaz de cometer algo así.
Eva Rivera es psicóloga clínica, especializada en atención a adultos y grupos, y parte del hecho de que lo que somos de grandes es un reflejo de lo vivido en la infancia. Ella trabajó durante un tiempo con pacientes del Reclusorio Norte, y asegura que con estas personas generadoras de violencia pasa algo similar que con las que atentan con animales: suelen presentar con mucha frecuencia problemas para relacionarse, pues crecen con apegos inseguros que se fincan en relaciones deficientes con sus padres o con quienes los cuidan.
âConsidero que ellos crecen con una semilla interna distorsionada, que va haciéndose más grande con el paso del tiempo. Como provienen de ambientes violentos, hacen de ella un mecanismo de supervivencia y normalizan abusos de todo tipoâ, asegura Rivera. Ginzy Calderón, quien se especializa en constelaciones familiares, agrega que en estos casos puede diagnosticarse el tipo de problema que se tiene enfrente sólo con observar la violencia evidenciada.
Cuando actúan en contra de la vida del animal, asegura, ya se trata de un trastorno de conducta que la mayoría de las veces viene acompaí±ado de una personalidad antisocial, a la que puede preceder una infancia con mucha violencia intrafamiliar.
âHay gente que sí disfruta el dolor. Y eso ya está relacionado con la psicopatía. Ellos no sólo están fuera de empatía hacia a la vida, sino que no están en la vida. Estas personas están tan enojadas con todo, que muchas de sus acciones van enfocadas a la muerteâ.
âHacer lo que este hombre hizo en contra del perrito habla mucho de su percepción del control, de sentirse superior porque lo que en realidad debe sentir es una inferioridad impresionante, que desquitó contra un ser que no podía defenderseâ, puntualiza.
Lo último que se sabe del caso es que las autoridades de Piedras Negras, Coahuila, giraron un boletín informativo en el que aseguran que se buscará hacer justicia por lo ocurrido. El alcalde Claudio Bres Garza ya presentó ante el ministerio público del fuero común una denuncia formal para que se actúe contra quien resulte responsable.
En el capítulo del código penal del estado en el que se sientan las bases sobre delitos contra la vida, integridad y dignidad de los animales, se especifica que lo que le podría esperar al hombre que mató al perrito es una pena de entre seis meses y cuatro aí±os de cárcel. El mismo texto seí±ala que, en caso de que lo ocurrido pusiera en peligro la vida del animal, la pena se aumentará en una mitad al monto de tiempo seí±alado; es decir, el máximo sería de seis aí±os.
La búsqueda del responsable sigue en curso. Y sea que den con él o no, Eva Rivera deja sobre la mesa de discusión un punto relevante: âpor el tipo de personalidad que demuestran estas personas, si no se les asigna una sanción adecuada, seguro seguirán haciendo lo mismo. Y cada vez de peor formaâ.