
Aun sin figura, sus colegas lo homenajearon con globos y moí±os
El robo del busto del clown de fama internacional, Ricardo Bell, representó una broma de pésimo gusto para los payasos, que celebraron su día nacional con una guardia honor ante las efigies solamente de Bozo y Pirrin.
Las estatuas están en la poco conocida Plaza del Payaso, ubicada en la esquina de Calzada de Los Misterios y Manuel González, de donde los ladrones sustrajeron dicha figura.
En ese lugar jardinado, hay cuatro pedestales y dos bustos solamente, uno es del recordado Bozo y otro de Pirrín, y, aunque la de Ricardo Bell fue arrancada, sus colegas de la risotada y zapatotes descomunales de todos modos le pusieron un arco de globos blancos y verdes para homenajearlo.
Y es que al igual que las estatuas de los generales y escritores decimonónicos que han sido robadas de Paseo de la Reforma, o a punto de ser hurtadas, entre ellas la de Manuel Payno, el autor de âLos bandidos de Río Frío; la de dicho payaso no se salvó de que se la llevaran y la vendieran quizá como fierro viejo.
