
La Misión México del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas recomendó al Estado Mexicano reconocer públicamente la problemática
Por:Â Ernesto Acosta
Saltillo, Coah.- Este jueves se recuerda el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas; desgraciadamente la desaparición, la tortura y las ejecuciones extrajudiciales son un problema grave que se extiende a lo largo y ancho del país, sin que los gobiernos de los últimos dos sexenios hayan podido evitarlo, aseguró la diputada Claudia Isela Ramírez Pineda (PRD).
âEn Coahuila, la situación no es muy distinta, según un informe del Programa de Atención a Familiares de Personas Desaparecidas (PROFADE), en el 2016 había alrededor de mil 400 casos denunciados. Sin embargo, en algunas entrevistas el anterior gobernador estableció la cifra en mil 600, número con el que los diversos colectivos no están de acuerdoâ.
âSomos el silencio de la masacre de Allende, de Patrocinio y del Penal de Piedras Negras, pero también de los desaparecidos de todas las regiones del estado. Todavía hasta hoy los coahuilenses seguimos siendo víctimas de criminales e incluso de quienes deberían protegernosâ.
En el 2013 la Misión México del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas recomendó al Estado Mexicano reconocer públicamente la problemática, adecuar el marco normativo a los estándares internacionales, generar datos estadísticos sobre la desaparición, la protección y seguridad de las víctimas y defensores de derechos humanos y la desmilitarización de las funciones de seguridad pública.
âSi bien el gobierno ha respondido con algunas acciones y políticas públicas en favor de los familiares de desaparecidos, lo cierto es que la problemática sigue ahíâ.
âDebe ser prioridad de los nuevos gobiernos, tanto el estatal como el federal, así como para este Congreso del Estado, establecer los mecanismos necesarios para garantizar los derechos humanos de las víctimas de desaparición, desde encontrarlos hasta reparar el daí±o de la forma más completa posibleâ.
Lamentó que los padres, madres, hermanos y hermanas que buscan a sus seres queridos se enfrentan cada día a la corrupción, la impunidad y el desdén de la autoridad.
âNo puedo imaginar lo que sienten, lo que sufren, lo que viven, pero sí puedo compartir su grito de lucha y su exigencia de justicia. ¡Vivos se los llevaron y vivos los queremos!â, concluyó.