
Las grabaciones incluyen a mujeres de origen Tzotzil y Tzetzal y se venden con impunidad en San Cristobal de las Casas, Chiapas. Un grupo criminal llamado âChamula Powerâ está detrás de los abusos.
Por: Agencias
Chiapas.-Â Mujeres indígenas de origen Tzotzil y Tzetzal, son explotadas sexualmente a través de la venta de su imagen en videos sexuales en el mercado de San Cristóbal las Casas, Chiapas.
En un reportaje de íscar Balderas para Huffington Post, se da cuenta de una serie de abusos que lleva a cabo un grupo criminal identificado como âChamula Powerâ, quienes también venden droga bajo el amparo criminal del grupo Los Zetas.
En grabaciones a la venta en el mercado de San Cristóbal presumiblemente para extranjeros que visitan la zona, se leen los anuncios âIndias Calientesâ, âIndias en el Monteâ y âChamula XXXâ, entre otros.
En los DVDs se puede identificar mujeres con vestimentas indígenas, algunas menores de edad y mujeres de la tercera edad, quienes son grabadas en videos caseros para su posterior distribución; al respecto habló Martha Figueroa, activista feminista de la demarcación quien se ha dedicado a identificar a las víctimas para preguntarles su edad o si ellas autorizaron la distribución de dichos materiales.
âPor los títulos y la vestimenta de las mujeres, es obvio que se trata de indígenas de los municipios más pobres de Chiapas: Chamula, Zinacantán, Chiapa de Corzo. Y el hecho de que los discos se vendan en San Cristóbal, donde hay una gran población extranjera y con dinero, te da a pensar que se trata de un mercado sexual donde las más vulnerables son carne de caí±ón para los más ricos del estadoâ, dijo la activista.
A este tipo de materiales se le conoce como âetnopornoâ, detalló la académica de la Universidad Autónoma de Chiapas, Patricia Chandomí, especialista en violencia de género.
âLos que compran este tipo de pornografía lo hacen porque les causa fascinación o morbo una persona indígena. Quieren ver cómo tienen relaciones sexuales, cómo son sexualmente. O, en los casos más extremos, quieren ver cómo se ejerce la dominación a un grupo de por sí ya oprimido históricamenteâ, indicó.
Aunque en México la distribución de pornografía infantil está penada hasta con 20 aí±os de prisión, los videos se ofertan impunemente.
ââDisfrutarâ de estos videos puede tener una consecuencia grave, pues las leyes de México establecen que quien grabe a menores de edad en actos sexuales o a personas mayores de 18 aí±os, pero sin su consentimiento, estaría incurriendo en el delito de trata de personas en su modalidad de producción de pornografía. Y quien compre esos videos también sería culpable por el delito de posesión de pornografía infantil. En cualquier caso, vendedor y cliente estarían frente a una sentencia que rondaría los 20 aí±os en prisiónâ, seí±aló Chandomí.
Según las autoridades, para combatir este delito, sólo hace falta una denuncia ciudadana, pues para hacer la investigación es necesario que alguien se inconforme con ello, dijo Adriana Rebollo, fiscal antitrata en Chiapas.
Con información de RegeneraciónÂ