El detener a objetivos prioritarios, lleva a cruentas batallas que padecen los estados.
Por Reforma
Ciudad de México.- El repunte de homicidios en el país coincide con la recaptura del líder del cártel de Sinaloa, Joaquín âEl Chapoâ Guzmán, en enero de 2016.
A partir de esa fecha, los homicidios dolosos presentaron un crecimiento constante hasta llegar a un pico de 2 mil 534 en mayo pasado, la cifra mensual más alta desde hace 21 aí±os, cuando se empezó a llevar un registro sistemático de estos delitos.
El vacío dejado por el dirigente de la organización criminal más poderosa de México, aunado al avance territorial del cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), desató una ola de violencia sin precedente en Colima, Nayarit, Guanajuato y Baja California.
Guzmán Loera fue capturado el 8 de enero de 2016, cinco meses después de escapar del penal del Altiplano, y extraditado a Estados Unidos en enero de 2017.
Uno de sus lugartenientes con mayor influencia, Dámaso López Núí±ez ,âEl Licenciadoâ, fue detenido a su vez a inicios de mayo de 2017 en un inmueble de la colonia Anzures, en la Ciudad de México.
Estos movimientos en la cúpula del cártel de Sinaloa habrían provocado una feroz lucha interna en el cártel, así como nuevas batallas por la plaza clave anteriormente bajo dominio de la organización sinaloense.
âHay un estrepitoso fracaso de la política de seguridad del Gobierno de Peí±a Nieto, de tratar de neutralizar lo que ellos llamaron los objetivos prioritariosâ, opinó Javier Oliva, profesor investigador en la UNAM.
âEs inexplicable que cada vez que se neutralizaba uno venía la fragmentación de las organizaciones y el incremento de la violenciaâ, seí±aló en entrevista.
Libran guerra
Un caso emblemático de esta ola de violencia es Colima, que en los últimos dos aí±os desbancó a Guerrero y Chihuahua como la entidad con la tasa de homicidios más alta del País.
En Colima, según autoridades federales y del Gobierno estatal, se libra una guerra entre los cárteles de Sinaloa y CJNG por el control de Manzanillo.
La entidad cerró 2017 con una tasa de 93.3 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, 30 más que Guerrero y 50 más que Chihuahua.
Otro caso es Nayarit, escenario de enfrentamientos entre grupos de Sinaloa, donde la tasa de homicidio doloso se triplicó al pasar de 6.7 por cada 100 mil habitantes en 2015 a 19.95 en 2017, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
