
El dinero se destinaría a detener la caza furtiva de elefantes y combatir el tráfico de marfil.
Por: Agencias
Estados Unidos.- Su precio de salida en la subasta eran 20 mil euros, pero el porro más caro del mundo se adjudicó por un precio muy inferior a su valor inicial, 4 mil euros. Había organizado la puja la conocida startup de Los íngeles Stone Road Farms, una compaí±ía está especializada en la creación de cigarrillos de marihuana orgánicos y liados. Su fundador, Lex Corwin, busca ir más allá: consolidar su negocio en el segmento del lujo y cuidan mucho la elaboración, la calidad, el diseí±o y la presentación de sus productos.
El creador del enorme cuerno de cannabis fue Weabers, un experto en el sector de la marihuana legal que presume también de la autoría del porro más grande del mundo, de más de 2 kilos de peso.
La empresa californiana y el artesano de los cigarrillos unieron sus fuerzas por el bien común: la subasta recaudaba fondos para la African Wildlife Foundation, una ONG que vela por el ecosistema africano y la supervivencia de sus especies.
Dos semanas de trabajo
La obra diseí±ada por Weabers tiene forma de cuerno de elefante. El diseí±o es muy significativo por su coherencia con la causa que se combatía en el evento, pero también muy práctico porque sería muy difícil fumar ese producto de ser liado de otra manera teniendo en cuenta que pesa más de medio kilo y mide 76 cm.
Su elaboración es de lo más refinada, está hecho con papel de oro de 24 quilates y en su interior se concentran 450 gramos de cannabis, 56 gramos de bubble hush -concentrado de cannabis hecho con agua helada- y 170 de tabaco. El diseí±ador del porro de marihuana más lujoso trabajó dos semanas en el producto hasta que consiguió transformarlo en un cigarrillo digno de su categoría.
En la velada no faltó de nada: había comida vegana regada con vino californiano, se servían los cócteles de moda en Los Angeles y el músico Gabriel Garzón-Montano presentó su último disco en directo. Al finalizar el evento, y aunque su joya de cannabis no alcanzó ni de lejos el valor estipulado, Corwin brindó por el éxito de la iniciativa y se conféso orgulloso de «pertenecer a esta gran familia» que salva a los elefantes de las torturas a los que los cazadores los someten en su carrera por el marfil.