
A pesar de las medidas que había tomado la preparatoria en Santa Fe, un tirador mató a 10 estudiantes.
Por AgenciasEstados Unidos.- Pensaron que habían tomado las medidas para evitar algo así.
De acuerdo con una publicación de The Washington Post el distrito escolar tenía un plan para el caso de un tirador activo, mientras que dos policías armados recorrían los pasillos de la preparatoria. En otoí±o los directivos del distrito escolar incluso habían accedido a armar eventualmente a maestros y empleados de acuerdo con el programa policiaco escolar estatal, una de las políticas más enérgicas y políticas con el objeto de permitir más armas en las aulas.
Pensaron haberse vuelto más difíciles como blanco de ataque, parte de lo que hoy en día se espera de las preparatorias públicas estadounidenses en una era cuando ocurren con alarmante frecuencia los tiroteos escolares. Por lo tanto la muerte de 10 personas representó un trágico indicio de fracaso y necesidad de hacer algo más, pero para algunos también fue seí±al de que pudo haber sido mucho peor.
La masacre volvió a resaltar el desesperado reto que forma parte del centro del debate en curso acerca de cómo proteger mejor a las escuelas en Estados Unidos. Da asimismo indicios de la creciente sensación de inevitabilidad, de la normalización de lo que debería de tratarse de tragedias imposibles de ocurrir.
Numerosos habitantes locales no culpan a ningún arma por la tragedia. Muchos seí±alan la falta de religión en las escuelas.
Los políticos texanos están presionando para aumentar la seguridad escolar.
Pero el horror de Santa Fe muestra que dicho enfoque también tiene sus límites.
J.R. Norman, presidente de la mesa directiva del distrito escolar, dijo considerar las medidas de seguridad un método para controlar, no prevenir, la violencia en los planteles. Y el distrito escolar tuvo algo de práctica. En febrero, dos semanas después de la balacera en Parkland, Florida, la preparatoria Santa Fe cerró sus accesos al darse una falsa alarma de un hombre disparando, desatando una enorme respuesta de emergencia. La escuela ganó un premio estatal por su programa de seguridad.
âNunca podemos estar preparados de másâ, dijo Norman. âPero estábamos preparadosâ.
En noviembre la mesa directiva aprobó un plan con el fin de permitir portar armas a varios empleados, sumándose a los más de 170 distritos escolares texanos que han establecido planes similares. Peo la Santa Fe aún estaba implementándolos, agregó Norman Había que entrenar personas y finiquitar detalles, como el requisito de que con las pistolas escolares sólo se disparen balas frágiles, que se deshacen y no pasen por las víctimas, como forma de limitar el peligro para los estudiantes inocentes.
Todos estos esfuerzos, dijo Norman, âsólo son una manera de mitigar lo que está pasandoâ.