
En resumen, la cocaína es la más adictiva y peligrosa de todas las drogas, el alcohol es la sustancia más perjudicial pues es la más extendida y la cocaína viene justo detrás de las otras dos.
Por: Agencias
Ciudad de México.-Â La manera en que clasificamos como peligroso, adictivo o relativamente benigno un producto, se basa en una intrincada intersección entre la química y las normas sociales. Por ejemplo, mientras el LSD está mal considerado en la sociedad, el alcohol, por el contrario, forma parte de muchas interacciones sociales adultas a pesar de ser responsable de miles de muertes cada aí±o en todo el mundo.
Cuando una persona se convierte en dependiente de una sustancia, consideramos que tiene adicción a la misma. Entonces, ¿qué sustancias están asombrosamente aceptadas, pero en realidad son muy destructivas?
El psiquiatra y director de Neuropsicofarmacología en la División de Ciencias del Cerebro en el Imperial College de Londres (Reino Unido) ha realizado un informe junto a un panel de expertos, para poner sobre la mesa cuáles son las tres principales:
Heroína
La heroína es probablemente la más estigmatizada de todas las sustancias ilícitas y el miedo a su consumo y sus correspondientes niveles de adicción están más que fundados. Los brutales síntomas de abstinencia que provoca, inducen a la mayoría a continuar el consumo antes que pasar por tal nivel de dolor.
Según los expertos, la heroína es la más peligrosa y la más adictiva de todas las drogas. ínicamente se necesita una dosis cinco veces más fuerte âde lo normalâ para causar la muerte, esto es, una proporción de 1:5. (el LSD o la marihuana tienen una proporción de 1:1000).
Alcohol
El alcohol es legal en la mayoría de países de todo el mundo. A pesar de que está ampliamente aceptado como una forma de relajarse, esta sustancia es capaz de aumentar los niveles de dopamina en el cerebro un 40-360%. Varios expertos han clasificado al alcohol como la droga más perjudicial en la sociedad, en función de su daí±o a los usuarios y a los que les rodean.
Cocaína
En las películas suelen presentarla como âdroga de ricosâ pero sus efectos son de todo menos glamurosos. La cocaína y el crack funcionan interfiriendo directamente en la activación de la dopamina del cerebro, lo que se traduce en una âactivación anormal de las vías de recompensa del cerebroâ. De un modo similar al alcohol, el 21% de las personas que consumen esta droga se convertirán en adicto en algún momento de su vida.
Con información de Muy InteresanteÂ