
La intención de Washington es inaugurar en esa fecha solamente una pequeí±a delegación de la misión diplomática.
Por: Agencias
Washington.- Más leí±a al fuego ante la controvertida inauguración de la embajada de Estados Unidos en Jerusalén. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dicho este lunes que no descarta viajar a la ciudad donde está prevista para el mayo la apertura de la nueva sede de la delegación estadounidense en Israel, en un acto que reivindica la capitalidad de la ciudad disputada entre israelíes y palestinos. âEstamos pensando en que vaya. Si puedo, iréâ, dijo Trump al recibir en la Casa Blanca al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.
Trump no aclaró si viajaría a Jerusalén en mayo o más adelante, dado que la intención de Washington es inaugurar en esa fecha solamente una pequeí±a delegación de la misión diplomática, compuesta por el propio embajador y unos pocos asesores, mientras se construye una embajada definitiva.
Además, Trump expresó optimismo respecto al futuro de sus esfuerzos de paz entre israelíes y palestinos, a pesar de que su decisión de trasladar a Jerusalén la embajada estadounidense en Israel provocó que Palestina descartara al presidente de EE.UU. como mediador en ese proceso. âCreo que los palestinos quieren volver a la mesa negociadora, lo quieren mucho. Si no lo hacen, no tenemos paz, y eso también es una posibilidadâ, dijo Trump. âTenemos una oportunidadâ de conseguir la paz, garantizó.
Netanyahu, por su parte, agradeció de nuevo el âhistóricoâ reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y comparó su relevancia con, entre otras cosas, la Declaración de Balfour de 1917, en la que el entonces secretario de Exteriores británico prometió a los judíos una patria en Oriente Medio. âEsto es algo que nuestro pueblo recordará durante aí±os y aí±osâ, afirmó.
El primer ministro israelí también subrayó la preocupación mutua sobre las actividades en la región de Irán, y dijo que âhay que detenerâ a ese país.
Sintonía escenificada
Trump y Netanyahu destacaron hoy la buena salud de su alianza y su cooperación contra Irán, en una reunión a la que el veterano político israelí acudió acechado por varios escándalos de corrupción que amenazan su cargo.
La Casa Blanca, que suele organizar conferencias de prensa cuando Trump recibe visitas de aliados importantes, se limitó esta vez a programar, a última hora, una breve interacción con periodistas en el Despacho Oval, en un aparente intento de esquivar las preguntas sobre las acusaciones de corrupción contra Netanyahu.
La estrategia tuvo éxito, y ambos líderes pudieron centrarse en proyectar unidad respecto a la reciente decisión de Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel y trasladar allí la embajada estadounidense, que actualmente están en Tel Aviv.
âNuestra relación nunca ha sido mejorâ, aseguró Trump, sentado junto a un sonriente Netanyahu.
La intención de Washington es inaugurar el 14 de mayo, el día del aniversario de la creación del Estado de Israel, una pequeí±a delegación de la misión diplomática, compuesta por el propio embajador y cuatro o cinco asesores más, mientras se construye una sede definitiva.
El presidente estadounidense indicó que la semana pasada le presentaron un plan para invertir 1.000 millones de dólares en esa embajada, pero él pidió rebajar esa factura a â250.000 dólaresâ, al menos de forma âtemporalâ.
Netanyahu alabó el anuncio de Trump y comparó su relevancia con la Declaración de Balfour de 1917, en la que el entonces secretario de Exteriores británico prometió a los judíos una patria en Oriente Medio, y con el reconocimiento de Israel por parte del presidente estadounidense Harry Truman en 1948.
âEl pueblo judío tiene una gran memoria (...) y esto es algo que nuestro pueblo recordará durante aí±os y aí±osâ, aseveró.
El reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel llevó a los palestinos a rechazar la mediación de Estados Unidos en un proceso de paz con los israelíes, pero Trump opinó que su decisión ha eliminado uno de los âmayores obstáculosâ históricos en la mesa negociadora, dado el reclamo de ambas partes sobre Jerusalén.
âCreo que los palestinos quieren volver a la mesa negociadora, lo quieren mucho. Si no lo hacen, no tendremos paz, y eso también es una posibilidadâ, dijo Trump.
âSi pudiéramos lograr la paz entre Israel y los palestinos, eso sería algo muy bueno para el mundo, para este país y para todos. Y tenemos una oportunidad de hacerloâ, agregó.
El principal encargado del proceso de paz en el Gobierno de Trump es su yerno, Jared Kushner, quien ha perdido peso en la Casa Blanca después de que se le negara el acceso a información de alto secreto y se le acusara de incurrir en conflictos de interés entre su trabajo en el Gobierno y sus negocios.
Netanyahu no hizo referencias al proceso de paz y quiso, en cambio, poner el acento sobre Irán, aunque Trump no mencionó a ese país en sus declaraciones.
El primer ministro israelí insistió en que Irán es âel mayor retoâ de Estados Unidos e Israel en Oriente Medio, y en que el acuerdo nuclear de 2015 dejó a ese país âenvalentonado y enriquecidoâ.
âEstá practicando la agresión en todas partes, incluso en nuestra propia frontera. Hay que detener a Iránâ, subrayó Netanyahu.
Este martes, Netanyahu dará un discurso en la conferencia anual del principal grupo de presión proisraelí de Estados Unidos, AIPAC, a la que hoy asisten el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, y la embajadora de ese país ante la ONU, Nikki Haley.
Con información de La Vanguardia