
La oposición venezolana ha quedado mal parada ante las últimas decisiones del gobierno de Maduro, entre ellas la de adelantar las elecciones. Ahora tendrán que buscar un candidato en consenso.
Por: AFP
Caracas, Venezuela.-Â La oposición venezolana, dividida y con una crisis de liderazgo, deberá resolver si participa en las presidenciales del 22 de abril, unas elecciones que auguran más aislamiento internacional para el Gobierno de Nicolás Maduro y deterioro económico.
Los adversarios de Maduro recibieron como un mazazo la decisión del poder electoral de fijar la fecha de los comicios anticipados, tras naufragar el miércoles una negociación con el Gobierno para consensuar ese punto y las garantías del proceso.
âSomos como boxeadores que hemos recibido tantos golpes que estamos aturdidosâ, admitió ayer Julio Borges, jefe negociador de la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que acusa el ente electoral de servir al Gobierno
Como un primer sacudón, Borges anunció reuniones entre líderes de la MUD y sectores sociales para trazar el camino a seguir, además de una nueva gira internacional para denunciar la crisis política y socioeconómica.
Y reconociendo que uno de los mayores escollos de la alianza son sus divisiones, llamó a la unidad para impedir la reelección de Maduro por seis aí±os. âSin unidad, estamos muertosâ, advirtió.
Maduro dijo ayer estar dispuesto a continuar el diálogo si la oposición firma el documento que surgió de las negociaciones. âFirmen el acuerdo. Si hay nuevos temas, los seguimos conversandoâ, acotó.
El adelanto de las votaciones fue rechazado por Estados Unidos y la Eurocámara, que prometieron no quedarse de brazos cruzados.
Dudas
La MUD âintegrada por una treintena de partidosâ está dividida por diferencias sobre la estrategia para sacar a Maduro del poder, objetivo que tuvo un capítulo dramático en 2017 con protestas que dejaron unos 125 muertos.
Y luce débil, con sus principales líderes inhabilitados políticamente y la desconfianza de un sector por haber dialogado con un gobierno al que tilda de âdictaduraâ.
Con las elecciones encima, está en la encrucijada de ir o no a las urnas. Pero tiene otro desafío: elegir un aspirante de consenso con el tiempo en contra, pues las inscripciones serán del 24 al 26 de febrero.
Un consenso luce complejo, lo cual favorece la aspiración de Maduro, quien arrastra un enorme rechazo popular por la crisis económica, pero ha sabido resquebrajar a sus enemigos.