Han transcurrido más de ocho horas desde que inició la audiencia de vinculación a proceso del sacerdote
Por: Armando Valdés
Piedras Negras, Coah.-Â Han transcurrido más de ocho horas desde que inició la audiencia de vinculación a proceso del sacerdote Juan Manuel Riojas Martínez, detenido por el delito de violación calificada con abuso de autoridad y confianza, por aprovecharse de su condición como ministro de culto religioso, la cual se estima pueda prolongarse.
La audiencia comenzó minuto después de las nueve de la maí±ana, siendo ésta una de las audiencias con mayor interés en presenciar; pues se registraron 35 personas para ingresar a la sala, sin embargo solo se permite el acceso a 16 personas.
Una hora más tarde, la sala de juicio oral fue desalojada por orden de la juez, al concederle al Ministerio Público la solicitud de que la audiencia fuera privada y no pública, argumentando garantizar la protección de la víctima. Cabe mencionar, que la parte ofendida ha denunciado públicamente lo sucedido.
La audiencia se prolongó, debido a la presentación de pruebas de descargo por parte de la defensa particular del Padre âMeí±oâ, quienes presentaron seis testigos y algunos documentales; mismo que solicitaba que la audiencia fuera pública.
Desde las nueve de la maí±ana a las tres de la tarde, se dieron tres periodos de descanso, dos de 10 minutos y el tercero de media hora; para luego dar continuidad al desahogo de las pruebas, estableciendo los abogados y asesores jurídicos de ambas partes, que aún faltaban tres testimonios.
La audiencia se reanudó alrededor de las cuatro de la tarde, continuando con carácter de privada. Una vez que se concluya con el desahogo de los testimonios, se permitirá nuevamente el acceso al público con la finalidad de escuchar el veredicto de la juez.
Es decir, determinar si el Ministerio Público presentó los elementos suficientes que acrediten la probable responsabilidad del imputado, el sacerdote Juan Manuel Riojas Martínez y lo vincule a proceso y determine una medida cautelar por considerarse un delito grave. O en caso contrario, dejarlo en libertad.
