
El padre del menor solicitó, varias veces, apoyo al número de emergencias 911, sin obtener respuesta
Por: Reforma
Ciudad de México.- Eran las 7:00 horas del 22 de junio pasado cuando Aristeo y su hijo, de 14 aí±os de edad, se dirigían a una secundaria en la Colonia La Era, Delegación ílvaro Obregón. Iban apresurados y distraídos.
De pronto, oyeron el rechinar de unas llantas y un Volkswagen Vento se detuvo pasos adelante. Del vehículo descendieron varios hombres armados que amagaron a Aristeo. Uno de ellos sujetó al adolescente y lo llevó a empellones hacia la parte trasera del automotor.
Mientras que otro delincuente apuntó con su pistola a Aristeo y le advirtió: "Ponte chingón, te vamos a hablar para pedirte rescate". Se trataba de un secuestro. Aristeo y su familia son comerciantes y nunca habían pasado por una situación similar. De acuerdo con la indagatoria AOB-3/UI-2C/D/2789/06-2017, el padre del menor solicitó, varias veces, apoyo al número de emergencias 911, sin obtener respuesta.
Lo hizo directamente con policías preventivos de la Secretaría de Seguridad Pública local (SSP), sin embargo, pese a que habían pasado apenas unos minutos del plagio y había observado las características del vehículo en el que llevaban a su hijo, los uniformados le sugirieron mejor presentar la denuncia.
Más tarde, los secuestradores se comunicaron con Aristeo. "Queremos 5 millones de pesos o te lo devolvemos en cachitos", amenazaron los delincuentes. El tiempo corría y la familia de la víctima logró reunir parte del dinero, un par de camionetas, joyería y hasta una máquina soldadora.
Los vehículos fueron entregados en calles de las Colonias Torres del Potrero y San íngel, ambas en la Delegación ílvaro Obregón. Adentro de los mismos dejaron sus documentos, el efectivo y los relojes exigidos. Después, Aristeo marcó al teléfono de la Fuerza Antisecuestros (Fas), donde solamente le dieron el folio número B2727531.
No fue sino hasta que se enteró de lo sucedido, que el Fiscal Guillermo Terán Pulido ordenó la atención inmediata del caso.
En ese momento la familia del joven recibió asesoría de las autoridades de la Ciudad de México. Los secuestradores exigían más dinero, pero finalmente liberaron al muchacho, cerca de las 19:00 horas de ese día.
A Aristeo y sus parientes terminaron con deudas económicas y sin parte de su patrimonio, pero su hijo regresó sano a casa. Ahora, de acuerdo con la Procuraduría General de Justicia capitalina (PGJ), se indagará a los policías preventivos que minimizaron el caso, lo mismo que al personal de la Fas que atendió el llamado de la víctima.