
Cristiano Ronaldo fue ayer el héroe de las celebraciones por la histórica Eurocopa que consiguió Portugal. Todos los aficionados vitorearon su nombre por encima del resto. Y eso que apenas estuvo en la gran cita de Saint-Denis. En el minuto 9' de partido Payet le provocó un esguince de rodilla. Aguantó hasta el 25'. Una dolencia que dejó con la respiración en vilo a nuestro país vecino... y a la capital de Espaí±a.
El Real Madrid observó preocupado el golpe de su estrella sin saber exactamente qué dolencia tenía. Verlo recoger con cierta normalidad la Copa hizo que en el Bernabéu respiraran, pero no demasiado.
Cristiano sufre un esguince rodilla que le tendrá 30 días fuera de los terrenos de juego, aunque, dadas las especiales circunstancias de cuándo se produjo la lesión, lo normal es que el delantero tarde algo más de tiempo en estar a tope.
Zidane lo tiene claro. No quiere arriesgar lo más mínimo y espera que su estrella esté disponible y al máximo rendimiento allá por septiembre. Los motivos son variados.
En primer lugar, esa prudencia. Con Morata como alternativa, el banquillo merengue no presionará para forzar la máquina.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta que Cristiano tendrá que pasar parte de sus vacaciones recuperándose y no poniéndose a punto para la pretemporada, como en él suele ser costumbre. Eso hará que, cuando se incorpore a Valdebebas, lo haga con menos tono físico.
Si a ello se le une que su pretemporada comenzará, mínimo, cuatro semanas más tarde que el resto, el resultado es que a finales de agosto, principios de septiembre estará recuperado.
Será por esas fechas, con la Superocopa ya superada y la Liga iniciada (se habrán disputado dos o tres jornadas), cuando CR7 esté en disposición ya no de jugar, sino de hacerlo con plenas garantías y sin riesgo para su integridad física